En la antigüedad la gente creía que se trataba de fuerzas mágicas, y hasta hace poco que eran OVNIs. Sin embargo, los rayos globulares son fenómenos perfectamente naturales, de los que aún conocemos poco. Ahora, dos investigadores han descubierto lo que parece ser el relato más antiguo conocido de este fenómeno. Los resultados fueron publicados en Weather.
Los rayos globulares o relámpagos en bola, generalmente asociados con tormentas eléctricas, no tienen explicación. Usualmente se han descrito como un objeto esférico brillante con un promedio de 25 centímetros, pero en ocasiones con varios metros de diámetro.
Un antiguo relato
Ahora el físico Brian Tanner y el historiador Giles Gasper, de la Universidad de Durham (Reino Unido) han encontrado el rayo globular más antiguo. Ellos establecieron la conexión con un evento de relámpago en bola mientras exploraban un texto medieval escrito hace unos 750 años.
El texto fue escrito por el monje benedictino del siglo XII Gervase of Christ Church Cathedral Priory, Canterbury, y es anterior a la descripción más antigua conocida de relámpagos en bola registrados en Inglaterra por casi 450 años.
En su Crónica, compuesta alrededor del año 1200, Gervase afirma que “una señal maravillosa descendió cerca de Londres” el 7 de junio de 1195. Continuó describiendo una nube densa y oscura, que emitía una sustancia blanca que creció en forma esférica bajo la nube, desde la cual un globo de fuego cayó hacia el río.
Los investigadores compararon el texto con informes históricos y modernos sobre rayos en bola. “La descripción de Gervase de una sustancia blanca que sale de la nube oscura es muy similar a las descripciones históricas y contemporáneas de un rayo en bola”, explica Tanner.
Si Gervase está describiendo un rayo globular, “entonces sería el relato más antiguo de este suceso en Inglaterra que se ha descubierto hasta ahora”, dice Tanner. Antes de este relato, el informe más antiguo de rayos globular de Inglaterra era el que ocurrió durante una gran tormenta eléctrica en Widecombe, el 21 de octubre de 1638.
Problemas
Los escritos medievales rara vez sobreviven en la versión original del autor. La Crónica de Gervase y otras obras actualmente existen en solo tres manuscritos (uno en la Biblioteca Británica y dos en la Universidad de Cambridge). El texto latino fue editado por el obispo William Stubbs en 1879 y no hay traducción al inglés.
“El enfoque principal de los escritos de Gervase fue el Priorato de la Catedral de la Iglesia de Cristo en Canterbury”, explicó Gasper. “Pero también estaba interesado en los fenómenos naturales, desde eventos celestiales y señales en el cielo hasta inundaciones, hambrunas y terremotos”, agregó.
Los investigadores analizaron la credibilidad de Gervase como escritor y testigo. Ellos ya habían examinado previamente sus registros de eclipses y una descripción de la división de la imagen de la luna creciente.
“Dado que Gervase parece ser un reportero confiable, creemos que su descripción del rayo globular en el Támesis el 7 de junio de 1195 fue el primer relato completamente convincente de rayos globulares en cualquier lugar”, concluyó el profesor Gasper.