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Un parásito podría ocasionar que las personas infectadas luzcan más atractivas

Toxoplasma gondii es un parásito cuyo huésped definitivo son los gatos, y si llega a infectarnos, nos causaría la enfermedad llamada toxoplasmosis. Sin embargo, el parásito también ha sido relacionado con trastornos neurológicos, como la esquizofrenia y los episodios psicóticos. Cada vez se conocen más raros efectos de la infección.

Por ejemplo, los hombres y mujeres infectados por el parásito son calificados como más atractivos y de aspecto más saludable que las personas no infectadas. Aunque suene muy raro, bajo la luz de la evolución, tiene sentido. Al parecer, los efectos de T. gondii pueden beneficiar ocasionalmente a los animales infectados, lo que beneficiaría de igual forma al parásito, al tener más oportunidades de transmitirse.

«En un estudio, las ratas macho infectadas con Toxoplasma se percibieron como más atractivas sexualmente y las hembras no infectadas eran preferidas como parejas sexuales«, se detalla en el artículo publicado en PeerJ.

Parásito manipulador

Cosa rara, es a veces la evolución. ¿Qué hay de las infecciones en humanos? ¿Seremos más guapos si estamos llenos de parásitos? La evidencia no es contundente, pero sugiere que los hombres infectados tienen niveles más altos de testosterona que los hombres no infectados. Lo primero que se piensa es que estos hombres con extra testosterona son  más propensos a infectarse debido a su comportamiento condicionado por la hormona.

Sin embargo, una hipótesis alternativa señala que, T. gondii alteraría sutilmente el fenotipo de su huésped, manipulando neurotransmisores y hormonas a su favor.

Otros parásitos, similares a T. gondii, que encuentran vías de transmisión sexual «pueden producir cambios en la apariencia y el comportamiento del huésped humano. Esto ocurriría como un subproducto de la infección o como resultado de la manipulación del parásito para aumentar su propagación a nuevos anfitriones«.

Asimetría facial

Para probar esta hipótesis, los investigadores compararon a 35 personas (22 hombres, 13 mujeres) infectadas con T. gondii contra 178 personas (86 hombres, 92 mujeres) que no portaban el parásito. Luego de una serie de pruebas diferentes, incluidas encuestas, mediciones físicas y evaluaciones visuales, se descubrió que los sujetos infectados con Toxoplasma tenían una asimetría facial fluctuante significativamente menor que las personas no infectadas.

La asimetría fluctuante es una medida de la desviación de las características simétricas. Los niveles más bajos de asimetría se vinculan con una mejor salud física, buenos genes y atractivo.

Por otro lado, las mujeres portadoras del parásito tenían una masa corporal más baja y un IMC más bajo que las mujeres no infectadas. De acuerdo con la información brindada en las encuestas, ellas reportaron que se perciben más atractivas que el promedio, e indicaron que han tenido un mayor número de parejas sexuales.

Los científicos sugieren que la infección por T. gondii produce cambios en la simetría facial de sus huéspedes a través de cambios hormonales. Además, el parásito podría estar interviniendo en la tasa metabólica de los huéspedes, impactando en la autopercepción de la salud y el atractivo de estos.

Por supuesto que otras interpretaciones son viables, y el equipo reconoce que el pequeño tamaño de la muestra de su experimento es un factor limitante para su análisis estadístico.

«Es posible que las interacciones aparentemente no patológicas y potencialmente beneficiosas entre T. gondii y algunos de sus huéspedes intermediarios, sean el resultado de estrategias coevolutivas que benefician la aptitud de ambos, el parásito y el huésped«.

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