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Un nuevo tipo de luz ultravioleta podría evitar una próxima pandemia

En los ambientes donde se requiere de algún grado de esterilidad, como salas de laboratorio, la luz UV es una excelente aliada, siendo empleada cuidando el tiempo de exposición y portando la protección adecuada. Este tipo de luz, tiene una longitud de onda menor al de la luz visible pero mayor al de los rayos X, es decir, varía entre los 100 y 400 nm.

La kryptonita de las bacterias

En 1942, se demostró una menor transmisión de sarampión y paperas entre un grupo de niños dentro de aulas irradiadas con UV germinicida (UVG). Desde entonces, el historial exitoso de la UVG de 254 nm no ha parado. Sin embargo, un desafío importante para la UGV es la exposición accidental de humanos. Este tipo de luz, si no se tiene cuidado, puede provocar reacciones potencialmente dolorosas del tipo de las quemaduras solares en la piel y la córnea. Por ello su uso se limita a habitaciones controladas, como los laboratorios, o para la esterilización de equipos médicos.

Hoy, en medio de la pandemia, la desinfección de ambientes ha cobrado mayor atención, ya que este virus y muchos otros patógenos suelen transmitirse por un solo individuo a una o más personas a través del transporte viral en partículas en el aire.

Una solución potencial es la radiación ultravioleta-C germicida ‘Far-UVC’, de 222 nm, según las pruebas de un nuevo estudio

«Far-UVC reduce rápidamente la cantidad de microbios activos en el aire interior a casi cero, lo que hace que el aire interior sea esencialmente tan seguro como el aire exterior«, señala el biofísico David Brenner del Centro Médico de la Universidad de Columbia.

Una fuente común de Far-UVC son las lámparas de cloruro de criptón (KrCl). Las propiedades germicidas del KrCl se han demostrado en experimentos de laboratorio para inactivar bacterias grampositivas y gramnegativas. También,  bacterias resistentes a los medicamentos, virus de influenza y coronavirus humanos, incluido el virus SARS-CoV.

Evitando pandemias

Para ver si la tecnología era igualmente efectiva en una habitación de tamaño normal, los científicos instalaron cinco lámparas Far-UVC en una cámara de bioaerosol controlada que medía aproximadamente 4 x 3 metros. Luego bombearon una corriente de bacterias Staphylococcus aureus en aerosol en la habitación.

«La instalación consiste en una cámara sellada del tamaño de una habitación de hospital de ocupación individual donde se pueden implementar diferentes tipos de dispositivos y ventilación del edificio para probar la efectividad potencial de enfoques como Far-UVC en una situación a gran escala«, explica la microbióloga ambiental Louise Fletcher, de la Universidad de Leeds.

Con este experimento, el equipo ha demostrado por primera vez el potencial de Far-UVC para reducir significativamente la carga de patógenos transportados por el aire.

Los autores indican que las lámparas Far-UVC redujeron hasta el 98,4% de la carga de patógenos en menos de 5 minutos y mantuvieron un nivel ambiental de reducción del 92%.

«El uso de esta tecnología en lugares interiores donde las personas se reúnen podría prevenir la próxima pandemia potencial», declara Brenner.

La luz UVC lejana es fácil de instalar, es económica y no necesita que las personas cambien su comportamiento. La evidencia sugiere que sería una forma segura de prevenir la transmisión de cualquier virus, incluido el coronavirus, así como la influenza.»

El artículo fue publicado en Nature, el 23 de marzo del 2022.

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