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Un gusano de los suelos siberianos resucitó luego de estar inactivo por 46 mil años

gusano
Morfología general de P. kolymaensis, hembra. Imágenes de barrido electrónico (A, C), fotografías de microscopía óptica (E, F) y presentaciones gráficas (B, D, G) del holotipo: A, B) cuerpo entero, C, D) extremos anteriores, E) cuerpo anterior, F) región del cuerpo perivulvar, G) cola. Abreviaturas: l.f.-campo lateral, ov-ovario, pro-procuerpo de la faringe, t.b.-bulbo terminal de la faringe, u-útero con huevos, v-vulva, v.p.-poro ventral.

 

El récord del mayor tiempo de inactividad animal lo ganan sin duda los gusanos. Sobre todo aquellos encontrados en el permafrost siberiano, que en el 2018 se descubrió que datan alrededor de 32 mil años. Sin embargo, una datación por radiocarbono más precisa sugiere que han roto su propio récord. En realidad, tendrían 46 mil años.

 

Vida suspendida

Después de descongelarlos en el laboratorio y cultivarlos durante más de 100 generaciones, los investigadores, dirigidos por expertos del Instituto Max Planck de Alemania, realizaron un análisis del genoma. Afirman que esta criatura es una especie recién registrada, a la que llaman Panagrolaimus kolymaensis.

Hasta la fecha, los científicos conocen muy pocos animales capaces de suspender su vida en respuesta a las duras condiciones ambientales, un estado conocido como criptobiosis. Entre estos están los tardígrados y los rotíferos (microorganismos acuáticos).

Los animales podrían muy bien permanecer en este estado desecado «indefinidamente», o al menos hasta que las condiciones sean mejores para sobrevivir. El tiempo más largo registrado en criptobiosis entre gusanos vivos es de solo 39 años. Los tardígrados, por otro lado, solo han vuelto a entrar en su estado metabólico normal después de 30 años de congelación. Nada comparado con P. kolymaensis.

El antiguo gusano se encontró en el permafrost siberiano, a unos 40 metros de profundidad. Cuando los científicos dataron parte del material vegetal encontrado cerca de la criatura, se establecieron en un período inicial de congelación hace entre 45.839 y 47.769 años.

Esto supera a otro antiguo gusano redondo, del género Plectus, que también se encontró congelado en Siberia y que data de hace unos 42.000 años en 2018. Ambos nematodos tienen casi el doble de edad que un antiguo rotífero de Siberia, que fue revivido recientemente después de 24.000 años de criptobiosis.

 

Implicancias

Tras comparar los genomas de P. kolymaensis con uno de sus parientes vivos, Caenorhabditis elegans, se descubrieron muchos genes superpuestos entre ambos. De acuerdo con los autores, sus hallazgos «indican que al adaptarse para sobrevivir en el estado criptobiótico por períodos cortos de tiempo en ambientes como el permafrost, algunas especies de nematodos ganaron el potencial para permanecer en ese estado por períodos de tiempo geológicos».

El equipo ahora quiere averiguar qué papel juegan estos genes compartidos en la criptobiosis y si existe un límite superior para el tiempo que los nematodos pueden permanecer en este estado misterioso. Con esta información, los científicos podrán encontrar una mejor manera de almacenar células y tejidos durante largos períodos de tiempo.

«Los hallazgos nos permitirán comprender mejor los procesos evolutivos, ya que los tiempos de generación en ocasiones se extienden de días a milenios, y la supervivencia a largo plazo de individuos de especies conduciría a la refundación de linajes extintos», concluyen en su artículo publicado en Plos Genetics.

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