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Un coronavirus puede haber barrido el este de Asia hace más de 20 mil años

(Shutterstock)

Un equipo internacional de investigadores ha analizado los genomas de más de 2.500 humanos modernos de 26 poblaciones, para comprender mejor cómo los humanos nos hemos adaptado a los brotes de coronavirus. Encontraron que un coronavirus puede haber barrido el este de Asia hace más de 20.000 años. Los resultados del trabajo fuero publicados en Current Biology.

Lo que dice nuestro genoma

Los investigadores de la Universidad de Adelaide y la Universidad de Arizona utilizaron métodos computacionales de vanguardia para descubrir rastros genéticos de adaptación a los coronavirus. Esta familia de virus es responsable no solo de la actual pandemia de COVID-19, sino de otros dos brotes importantes en los últimos 20 años.

“Los genomas humanos modernos contienen información evolutiva que se remonta a cientos de miles de años”, dijo el autor principal, el Dr. Yassine Souilmi. “Sin embargo, solo en las últimas décadas los genetistas han aprendido a decodificar la amplia información capturada dentro de nuestros genomas”, añade.

Esta información incluye ‘adaptaciones’ fisiológicas e inmunológicas que han permitido a los humanos sobrevivir a nuevas amenazas, incluidos los virus. Los virus son criaturas muy simples con el único objetivo de hacer más copias de sí mismos. Y para eso deben invadir las células de otros organismos y secuestrar su maquinaria molecular para existir

Genes VIP

Las invasiones virales implican unirse e interactuar con proteínas específicas producidas por las células huésped conocidas como proteínas de interacción viral (VIP). En el estudio, los investigadores encontraron signos de adaptación en 42 genes humanos diferentes que codifican VIP.

“Encontramos señales VIP en 5 poblaciones de Asia oriental y sugerimos que sus antepasados ​​ estuvieron expuestos por primera vez a los coronavirus hace más de 20.000 años”, dijo el Dr. Souilmi. “Encontramos que los 42 VIP son principalmente activos en los pulmones, y confirmamos que interactúan directamente con el virus subyacente a la pandemia actual”.

Otros estudios independientes han demostrado que las mutaciones en los genes VIP pueden mediar la susceptibilidad al coronavirus y también la gravedad de los síntomas de COVID-19. Y varios VIP se están utilizando actualmente en medicamentos para tratamientos de COVID-19 o son parte de ensayos clínicos para un mayor desarrollo de medicamentos.

“Nuestras interacciones pasadas con virus han dejado señales genéticas reveladoras que podemos aprovechar para identificar genes que influyen en la infección y la enfermedad en las poblaciones modernas, y pueden informar los esfuerzos de reutilización de fármacos y el desarrollo de nuevos tratamientos”, dijo el coautor, el Dr. Ray Tobler.

Por su parte Souilmi cree que, al descubrir los genes previamente afectados por brotes virales históricos, su estudio “apunta a la promesa de los análisis genéticos evolutivos como una nueva herramienta para combatir los brotes del futuro”.

Varios de los VIP adaptativos identificados en el estudio también son objetivos farmacológicos para otros tipos de virus, como el virus del Zika y la hepatitis C. Muchos de estos medicamentos se han reutilizado con éxito y sugieren que otros podrían potencialmente reutilizarse para el tratamiento del COVID-19.

Aun así, los investigadores señalan que sus resultados de ninguna manera reemplazan las políticas y protecciones de salud pública preexistentes, como el uso de máscaras, el distanciamiento social y las vacunas.

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