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Tu grasa corporal puede estar determinada por el mes en que fuiste concebido

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¿Sabías que la estación en la que fuiste concebido podría influir en cómo funciona tu metabolismo hoy? Suena loco, pero un estudio en Nature Metabolism lo respalda.

Investigadores en Japón estudiaron a 356 hombres sanos y encontraron algo curioso: los que fueron concebidos en meses fríos tienen una grasa diferente que quema energía en lugar de almacenarla.

Esa grasa se llama tejido adiposo marrón. A diferencia de la grasa común, ayuda a mantenerte caliente y regula el azúcar en la sangre. Es como un mini calentador interno.

Los que fueron concebidos en temporada fría mostraron más actividad de esa grasa, más gasto energético y menos grasa alrededor de los órganos. En resumen: un metabolismo más saludable.

En personas con sobrepeso u obesidad, esa grasa marrón suele estar inactiva o muy reducida, lo que podría explicar la diferencia.

Resumen de los efectos intergeneracionales de la exposición al frío antes de la concepción. (Yoneshiro et al., Nature Metabolism, 2025)

Para ver si esto aplicaba a más gente, analizaron otro grupo con 286 adultos, hombres y mujeres de distintas edades. Los resultados fueron parecidos.

Encontraron una relación modesta, pero significativa, entre haber sido concebido en clima frío y tener más grasa marrón activa, menor IMC y cintura más delgada.

Ojo, no tiene que ver con tu fecha de nacimiento, sino con la de concepción, unos 266 días antes. Es decir, cuando tus padres hicieron su parte.

El equipo cree que el frío podría afectar cómo se expresan ciertos genes en el esperma o los óvulos, y esos cambios se transmiten al bebé cuando se forma.

Es lo que ellos llaman una “adaptación predictiva al frío”. Básicamente, el cuerpo se prepara para un entorno frío antes de nacer.

La idea aún necesita más estudios, pero ya hay investigaciones en ratones que muestran algo parecido: si el padre estuvo expuesto al frío antes de concebir, su cría tiene mejor metabolismo.

Cuando pasaron esa idea a humanos, vieron que los concebidos en invierno tenían 3.2% más probabilidad de tener grasa marrón activa que los concebidos en verano.

En este nuevo estudio japonés, hicieron pasar frío a los voluntarios: los sentaron durante dos horas a 19 °C. Luego midieron su actividad metabólica y grasa marrón.

Los que fueron concebidos entre el 1 de enero y el 15 de abril o entre el 17 de octubre y el 31 de diciembre reaccionaron más al frío. Quemaron más energía.

Además, cruzaron los datos con el clima real durante el tiempo de concepción. La tendencia se mantuvo: más frío en esos días, más grasa marrón después.

Los autores destacan que su estudio es el más grande hasta ahora sobre este tema, y usaron métodos de medición bastante precisos.

El mensaje final es claro: el entorno al momento de la concepción puede dejar huella en tu salud futura. Incluso antes de que empieces a existir.

Ahora los científicos quieren entender mejor cómo se “guarda” esa memoria celular y cómo cosas como el clima, la comida o el ejercicio afectan a las futuras generaciones.

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