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Tienes un segundo cerebro en tus intestinos y evolucionó antes que el cerebro de tu cabeza

(Google Images)

El sistema nervioso entérico (SNE) es una estructura sumamente compleja. Digamos que es la subdivisión del sistema nervioso autónomo encargada de administrar todas las funciones del sistema digestivo y gobierna nuestro intestino. A diferencia de cualquier otro órgano del cuerpo, el intestino tiene su propia autonomía, por ello le llaman el «segundo cerebro». No necesita que el principal órgano del sistema nervioso central le diga qué hacer.

Por su complejidad, hasta el momento no hemos terminado de entender su funcionamiento. De hecho, la forma en que el el SNE coordina el tránsito del contenido a lo largo de todo el tracto gastrointestinal ha sido un problema sin resolver. Sin embargo, científicos de la Universidad de Flinders lograron revelar el mecanismo que explica cómo actividad del SNE subyace al tránsito intestinal.

Según el artículo publicado en Communications Biology, utilizaron una técnica recientemente desarrollada que combina grabaciones de video de alta resolución con un análisis de la actividad eléctrica del músculo liso a fin de averiguar cómo el intestino mueve su contenido en ratones.

Trabajo en equipo

El SNE está compuesto por una red de cien millones de neuronas y, uno de los logros del equipo fue descubrir su forma de comunicación entre ellas. Son justamente estas interacciones neuronales las que provocan contracciones en el tracto gastrointestinal facilitando la digestión.

Los autores observaron grandes grupos de neuronas (excitadoras e inhibidoras) conectadas que se activan para impulsar el contenido del colon. Esto prueba que el SNE está compuesto por una red neuronal que cubre una amplia sección del intestino, en la cual trabajan distintos tipos de neuronas.

Otro hallazgo importante es lo peculiar de esta actividad. Dichos movimientos no se observan en otros órganos musculares del cuerpo que no tienen un sistema nervioso incorporado, como los vasos linfáticos o los uréteres.

«El mecanismo identificado es más complejo de lo esperado y muy diferente de la propulsión de fluidos a lo largo de otros órganos huecos del músculo liso», explican los investigadores.

Por orden de llegada

Es preciso reconocer que cerca del 70% de las células inmunitarias del cuerpo residen en el intestino y que la microbiota en éste afecta nuestra salud. Por otro lado, el 80% de la serotonina de nuestro cuerpo se encuentra en el tracto gastrointestinal

Notarás que no se trata solamente de digerir y expulsar los restos de comida. El intestino es una entramada y complicada red de distintos tipos de neuronas trabajando juntas para alimentarnos, brindarnos energía, defendernos y ponernos de buen humor. Por estas razones deberíamos empezar a considerar al intestino como nuestro «primer cerebro» y no como el segundo. Los investigadores explican que esta red neuronal habría evolucionado en los animales mucho tiempo antes que el encéfalo.

Evidentemente, las implicancias de una afirmación tal cual van más allá del pequeño cuerpecito de los ratones. Además, se necesitan muchos más estudios para conocer cómo el SNE afecta el funcionamiento del tracto intestinal en otras especies.

«La sincronización de la actividad neuronal en grandes poblaciones de neuronas es común en el sistema nervioso de muchos animales vertebrados«, señala Spencer.

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