SpaceX ha comenzado la construcción de la ambiciosa constelación de Internet Starlink, una serie de satélites interconectados diseñados para ofrecer Internet de alta velocidad a clientes de todo el mundo.
Los 60 satélites Starlink, que pesaban 227 kg, fueron lanzados a la órbita baja de la Tierra el 23 de mayo. Juntos, los satélites muy compactos pesaron 13.6 toneladas métricas, «haciendo de este lanzamiento la misión más pesada para SpaceX hasta la fecha», según SpaceNews.
Los satélites fueron depositados a una altitud de 400 kilómetros por un cohete Falcon 9 que se lanzó desde Cabo Cañaveral en Florida. El propulsor de cohetes reutilizable aterrizó con éxito en posición vertical en una nave espacial en el océano Atlántico nueve minutos después del lanzamiento.
Una vez completada, la constelación de satélites Starlink transmitirá señales para el acceso a Internet de alta velocidad para los clientes pago. El masivo sistema de telecomunicaciones debería estar en línea una vez que 400 satélites estén en órbita y se activen, pero Starlink alcanzará una «capacidad operativa significativa» todavía con 800 satélites. La firma espacial privada deberá realizar al menos una docena o más de lanzamientos antes de que esto pueda ocurrir. Musk dijo que Starlink será «económicamente viable» con 1 000 unidades. Increíblemente, hasta 12 000 satélites podrían algún día abarcar toda la constelación Starlink. Se espera que Starlink esté en línea a mediados del 2020.
De hecho, esta empresa, anunciada en el 2015, podría representar un importante nuevo flujo de ingresos para SpaceX. Musk ha declarado previamente que los fondos generados por el proyecto Starlink se utilizarán para financiar misiones eventuales a Marte. Se espera que el servicio de Internet habilitado por Starlink sea de bajo costo y que sea accesible a áreas remotas del mundo donde es difícil encontrar Internet.
Cada satélite Starlink está diseñado para durar no más de cinco años, después de lo cual se supone que debe caer y arder en la atmósfera de la Tierra. Esto debería reducir los desechos de espacio, y permitir que la empresa espacial privada los reemplace con versiones más avanzadas. Los satélites también están equipados con tecnología para ayudarlos a evitar colisiones en órbita baja. Cada dispositivo está alimentado por un solo panel solar y equipado con un sistema de navegación que permitirá a SpaceX rastrear con precisión los satélites. Los propulsores de cada satélite los empujarán a una altitud operativa de 550 kilómetros.
La órbita baja de la Tierra está a punto de convertirse en un lugar muy ocupado, y no solo por SpaceX. OneWeb, Space Norway y Telesat están desarrollando constelaciones similares para el mercado de los Estados Unidos, lo que sugiere que esto está a punto de convertirse en un mercado altamente competitivo.
Fuente: Space.com