Un equipo internacional de científicos ha detectado evidencia de 13 ingredientes comúnmente utilizados en protectores solares y productos de cuidado personal en el Ártico. Este hallazgo, publicado en Science of the Total Environment, resalta el impacto generalizado de la actividad humana, incluso en las regiones más remotas del planeta.
La investigación, liderada por Marianna D’Amico, de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, revela la presencia de estos químicos en cinco glaciares árticos en el archipiélago de Svalbard, una zona donde nunca antes se había reportado esta situación.
Los CEAC
El estudio se enfoca en las sustancias químicas de preocupación emergente para el Ártico (CEAC por sus siglas en inglés), un conjunto de compuestos monitoreados por científicos ambientales dentro del Programa de Evaluación y Monitoreo del Ártico.
Estos químicos han sido identificados tanto en el Ártico como en la Antártida, presentes en aguas superficiales, marinas y nieve cercana a estaciones de investigación. Sin embargo, sus fuentes primarias y procesos de transporte siguen siendo en gran medida desconocidos, y muchos CEAC carecen de regulación a nivel internacional.
Durante 2021, el equipo recolectó 25 muestras de nieve de un sitio activo cerca de la aldea de Ny-Ålesund, además de otros cinco glaciares a una distancia de hasta 40 kilómetros. Tras analizar las muestras en busca de ingredientes comunes encontrados en productos de cuidado personal, observaron concentraciones más altas de filtros UV en la nieve invernal en comparación con otras estaciones, siendo el benzofenona-3 (BP3) y el octocrileno particularmente abundantes en la cima de los glaciares.
Problemático
Los investigadores sugieren que los químicos absorbentes de rayos UV probablemente fueron transportados a los glaciares del Ártico por los vientos. La neblina ártica, un sistema de masa de aire contaminado que se acumula sobre Europa en invierno y se extiende a lo largo del Círculo Polar Ártico, podría contribuir a este proceso.
Analizar su impacto ambiental es esencial ya que, al derretirse la nieve, incluso los contaminantes de baja concentración podrían afectar los ecosistemas marinos y los cursos de agua río abajo. El comportamiento de estos químicos en ambientes fríos y helados difiere del observado en regiones más cálidas, por lo que se requieren estudios específicos en áreas polares para comprender totalmente sus efectos.
En respuesta a estas preocupaciones, algunos países han tomado medidas preventivas. Palau, una nación insular del Pacífico, ha prohibido el uso de BP-3 y otros filtros UV en protectores solares debido a sus posibles efectos nocivos en los arrecifes de coral.
Estos hallazgos resaltan la necesidad de investigar más a fondo si los niveles de contaminantes encontrados tienen efectos tóxicos en el medio ambiente. Además, subrayan la amplitud global de la contaminación causada por la actividad humana, afectando incluso entornos aislados y vírgenes.