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¿Qué apareció primero, un agujero negro o una estrella?, el James Webb tiene la respuesta

Ilustración de un campo magnético generado por un agujero negro supermasivo en el universo temprano, que muestra flujos de plasma turbulentos que convierten las nubes de gas en estrellas. / Roberto Molar Candanosa / JHU

Una investigación reciente sugiere que tanto los agujeros negros como las galaxias emergieron de manera simultánea en el Universo temprano. El hallazgo fue posible gracias al Telescopio Espacial James Webb (JWST) y se publicó en The Astrophysical Journal Letters.

Tradicionalmente, se creía que las estrellas y las galaxias se formaban primero, y los agujeros negros supermasivos mucho más tarde dentro de estas estructuras galácticas. Sin embargo, los datos recopilados por el JWST indican ahora que los agujeros negros y las galaxias habrían evolucionado conjuntamente.

Además, señala que los agujeros negros desempeñan un papel fundamental en la configuración de las galaxias que los rodean. No sólo estaban presentes en los albores del Universo, sino que también actuaron como catalizadores para la formación de galaxias.

 

¿Agujeros negros o galaxias?

El Universo primitivo se caracterizaba por ser una densa nebulosa de gas que obstaculizaba nuestra visión y dejaba numerosas incógnitas sin resolver. Los descubrimientos de la última década han desafiado las concepciones tradicionales, incluida la idea de la presencia inesperada de agujeros negros y galaxias de dimensiones sorprendentemente grandes en el cosmos primigenio.

Los agujeros negros supermasivos, con millones hasta miles de millones de veces la masa del Sol, representaban un enigma particular. La formación de entidades tan masivas a partir del colapso estelar parecía improbable dentro de la cronología del Universo.

No obstante, el JWST ha detectado agujeros negros supermasivos apenas 500 millones de años después del Big Bang. Esto sugiere un proceso de formación alternativo que implica el colapso directo de nubes masivas de materia en agujeros negros, sin pasar por la fase estelar.

 

¿La mejor explicación? 

El equipo de investigadores, dirigido por Joseph Silk, astrónomo de la Universidad Johns Hopkins y la Universidad de la Sorbona, propone que estos primeros agujeros negros coexistieron con galaxias en formación, estimulando su desarrollo.

El colapso gravitacional de la región central de una nube daría lugar a la formación de estrellas mientras se forma el agujero negro. El proceso de alimentación del agujero negro, a su vez, generaría vientos poderosos y chorros de plasma, comprimiendo el gas cercano y acelerando la formación de estrellas.

Esta teoría sugiere una relación simbiótica entre los agujeros negros y las galaxias desde el principio, con los agujeros negros en el papel de motores de la evolución galáctica. Su presencia en las primeras etapas del Universo demuestra la importancia que tienen en el desarrollo cósmico.

 

Más estudios

Aunque se espera que futuras observaciones perfeccionen este modelo, la evidencia actual apunta a un escenario más complejo de lo previsto. El Universo primitivo no fue simplemente un caso en el que primero se formaron estrellas y luego galaxias, seguidas de agujeros negros. Al contrario, tanto agujeros negros como galaxias emergieron juntos.

La investigación remodela nuestra comprensión de la evolución del cosmos, resaltando la interconexión entre los agujeros negros y las galaxias desde las primeras épocas del Universo.

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