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¿Por qué esta especie se está volviendo nocturna si es más vulnerable en la oscuridad?

(Freepik)

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Capra ibex, una especie de cabra alpina, no se encuentra en peligro, pero preocupa a los científicos debido a cambios en sus hábitos. Tradicionalmente, estas cabras descienden de las montañas durante el día en busca de pasto, pero el monitoreo de estos animales ha revelado que ahora pasan más tiempo descansando durante el día y buscando alimento por la noche.

 

Menos refugio y más lobos

Este cambio aparentemente inocuo es, de hecho, bastante arriesgado, ya que las noches alpinas son territorio de lobos acechando en la oscuridad. Stefano Grignolio, Francesca Brivio y su equipo de investigación han observado que las áreas de pastoreo del íbice alpino carecen de refugios donde puedan escapar de los lobos, lo cual es preocupante.

Aunque se esperaría que estas cabras prefirieran áreas sin lobos para evitar el peligro, los especialistas descubrieron que la actividad nocturna es mayor en áreas donde estos depredadores están presentes. Esto los llevó a preguntarse: ¿por qué el íbice alpino se arriesga de esta manera cuando podría encontrar alimento fresco durante el día?

 

Adaptación del comportamiento

El íbice alpino, una vez reducido a apenas 100 individuos en el siglo XIX debido a la caza indiscriminada con armas de fuego, ha experimentado una recuperación notable gracias a las prohibiciones de caza en 1854 y a los esfuerzos de conservación posteriores, lo que ha elevado su población a decenas de miles.

Sin embargo, la baja diversidad genética que persiste en estas poblaciones de cabras salvajes las mantiene vulnerables a varias amenazas, incluidas mutaciones que aumentan la susceptibilidad a las enfermedades. Ahora enfrentan un problema más, el aumento de las temperaturas en su hogar.

«El cambio climático está afectando su hábitat, volviéndolos más nocturnos para adaptarse a temperaturas más cálidas«, concluyen los investigadores en su estudio publicado en Proceedings of the Royal Society. Pero alertan que esto puede no terminar bien.

Aunque la adaptación del comportamiento es una respuesta rápida a los cambios ambientales, el hábitat rocoso y escarpado del íbice alpino dificulta su supervivencia durante la oscuridad, ya que sus ojos están adaptados a la luz diurna. Esto reduce su capacidad para alimentarse y aumenta su vulnerabilidad frente a los depredadores.

Las perturbaciones humanas, como el senderismo, la jardinería, hasta la minería y la caza, están impulsando a muchos mamíferos a volverse más nocturnos. Nuestra interferencia no solo hace que algunos lugares sean inhabitables para la vida silvestre, sino también altera los patrones naturales de actividad.

El estrés adicional del cambio climático solo agrava esta situación, lo que subraya la necesidad de abordar las causas subyacentes de estos cambios en el comportamiento animal.

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