Se entiende por carne cultivada, a la carne animal real producida a partir de cultivos celulares in vitro. Probablemente has escuchado este término en más de una ocasión y, lo que parecía ser distante, está cada vez más cerca.
Los beneficios de la carne cultivada en laboratorio son múltiples, pero resalta su impacto positivo en el ambiente. Esto se debe a que es un tipo de carne utiliza muchísimo menos agua y produce menos emisiones de gases de efecto invernadero, en comparación con la carne convencional.
En el contexto de carne producida en el laboratorio a partir de células musculares animales reales disponible en el mercado, es válido preguntar: «¿la consumirías?». Algunos quizá sin dudar, pero muchas personas encuentran que la carne cultivada es demasiado repugnante para comer.
Poco natural
En un estudio con 1587 voluntarios, investigadores realizaron una serie de pruebas preguntando por las reacciones a la idea de comer carne cultivada. A los voluntarios se les explicó en qué consiste y cómo se elabora.
Según los resultados publicados en Journal of Environmental Psychology, el 35% de los carnívoros y el 55% de los vegetarianos dijeron que se sentían demasiado asqueados por la carne cultivada como para siquiera probarla.
«Como un alimento novedoso que los humanos nunca antes habían visto, la carne cultivada puede provocar dudas. Sobre todo por parecer tan antinatural, desconocida, y potencialmente repugnante«, escriben los autores.
Además, se les pidió clasificar las respuestas a afirmaciones como «la carne cultivada parece artificial» y «sentiría que estoy comiendo algo de un animal» para llegar a las razones subyacentes detrás de cualquier reacción de disgusto.
La «falta de naturalidad percibida» de la carne cultivada fue un factor predominante entre los entrevistados. Por lo tanto, los investigadores esperan mejorar la aceptación de la carne cultivada por parte del consumidor.
Un producto para un futuro sostenible
Con esta información, se tomarán acciones para combatir la idea de que la carne cultivada no es natural.
«Identificar las bases de esta respuesta de disgusto puede ser fundamental para comprender por qué las personas rechazan la carne cultivada: un producto preparado para crear un futuro más humano, saludable y sostenible«.
Un punto importante que se necesita resolver es conseguir que la carne cultivada luzca atractiva para todos los grupos. Esto debido a que los carnívoros no la ven lo suficientemente parecida a la carne, mientras que para los vegetarianos luce demasiado parecida a la carne.
La reacción del consumidor a la carne cultivada se ha investigado antes, y también se ha considerado el precio del producto y la desconfianza hacia los científicos de alimentos. Esto se suma al sentimiento de disgusto por comer carne que se ha producido en un entorno de laboratorio.
Aunque la carne cultivada aún no está disponible, pronto lo estará en algunos lugares. Este tipo de trabajo sirve de guía para entender que «pasará un tiempo antes de que la mayoría de nosotros nos sintamos cómodos».
«Comprender las valoraciones básicas que provocan esta respuesta de disgusto es fundamental para promover el consumo sostenible. Pasar de la carne producida convencionalmente a la carne cultivada ofrece inmensos beneficios ambientales, de salud y éticos«.