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Por primera vez una ráfaga rápida de radio ha sido rastreada hasta una fuente inesperada

Impresión artística del origen de FRB 20221022A. (Daniel Liévano/MIT News)

En 2020, un magnetar de nuestra galaxia emitió una potente llamarada de ondas de radio. Esto permitió a los científicos avanzar en el misterio de las ráfagas rápidas de radio (FRB).

Un nuevo estudio confirmó que estas ráfagas provienen de los campos magnéticos extremos de los magnetares. En 2022, una FRB llamada 20221022A fue rastreada hasta un magnetar en una galaxia a 200 millones de años luz.

Los magnetares son estrellas de neutrones con campos magnéticos increíblemente potentes, hasta 1 000 veces más fuertes que los de otras estrellas de neutrones. Son los campos magnéticos más intensos del Universo conocido.

Estos campos son tan extremos que los átomos no pueden existir cerca de ellos. Según el físico Kiyoshi Masui, estos campos almacenan energía que puede liberarse en forma de ondas de radio.

Las FRB son ráfagas brevísimas, de milisegundos, pero extremadamente energéticas, capaces de liberar la energía de 500 millones de soles. Son difíciles de estudiar porque muchas ocurren solo una vez.

El equipo de científicos analizó una propiedad llamada centelleo para rastrear la FRB 20221022A. Este efecto distorsiona la luz al atravesar el gas en el espacio, y su intensidad depende de la distancia recorrida.

Usando esta técnica, determinaron que la ráfaga se originó a solo 10 000 kilómetros del magnetar. Es como medir el ancho de una hélice de ADN desde la Luna, según Masui.

Además, encontraron un patrón único en la polarización de la luz de la FRB, indicando que provenía de un objeto giratorio. Este descubrimiento es clave para entender mejor estas ráfagas.

Este estudio no solo confirma que las FRB pueden originarse en la magnetosfera de un magnetar, sino que también abre nuevas posibilidades para investigar sus variaciones y otros posibles orígenes.

Las FRB, descubiertas en 2007, han intrigado a los científicos por su brevedad y potencia. Cada hallazgo nos acerca más a entender cómo y por qué ocurren.

La investigación también demuestra que técnicas como el análisis del centelleo pueden ser útiles para estudiar otros fenómenos cósmicos y descubrir nuevos tipos de estrellas que emiten FRB.

Este trabajo, publicado en Nature, marca un avance en la comprensión de estas explosiones cósmicas. Los científicos creen que aún hay mucha diversidad en las FRB por descubrir.

“Las ráfagas ocurren todo el tiempo”, afirma Masui. “El centelleo es una herramienta poderosa que puede ayudarnos a desentrañar los mecanismos físicos que las producen”.

Este hallazgo no solo resuelve un gran misterio, sino que también redefine cómo entendemos el Universo y los extremos de la física que pueden producirse en estrellas altamente magnetizadas como los magnetares.

Con estudios como este, estamos empezando a desentrañar uno de los misterios más fascinantes del cosmos. Las FRB, con su inmenso poder, podrían ser la clave para entender más sobre nuestro Universo.

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