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Nuevo mapa de la Vía Láctea muestra cómo se fue formando nuestra galaxia

Mapa de la Vía Láctea y sus distintas fusiones / S. Payne-Wardenaar/K. Malhan, MPIA

La historia de la Vía Láctea es mucho más compleja de lo que parece. Ahora astrónomos emplearon datos de la nave espacial Gaia de la ESA para mapear las antiguas funciones de otras galaxias con la nuestra. La investigación ha sido publicada en The Astrophysical Journal.

El equipo, liderado por Khyati Malhan del Max-Planck-Institut für Astronomie, buscó restos de antiguas galaxias enanas en el halo de la Vía Láctea. Además, examinaron la protuberancia central de estrellas más viejas que comprenden las partes más luminosas de nuestra galaxia. 

Formación galáctica 

La Vía Láctea comenzó a formarse hace unos 13.6 mil millones de años. Desde entonces, ha ido creciendo tanto en masa como en tamaño a través de una secuencia de fusiones con galaxias más pequeñas. Este proceso aún no ha terminado y, al usar los datos de Gaia, los astrónomos pueden ver cómo se lleva a cabo. 

“Cuando una galaxia extraña cae sobre la nuestra, grandes fuerzas gravitatorias conocidas como fuerzas de marea la separan”, explica Malhan. «Si este proceso es lento, las estrellas de la galaxia en fusión formarán una gran corriente estelar que se puede distinguir fácilmente en el halo». 

Si el proceso va rápido, las estrellas de la galaxia fusionada estarán más dispersas por todo el halo y no se verá una firma clara. “Pero la galaxia en fusión puede contener más que solo estrellas. También podría estar rodeada por una población de cúmulos globulares y pequeñas galaxias satélite”, agrega Malhan.  

El estudio 

Por eso, los astrónomos buscaron esos cúmulos en los datos de la tercera publicación de datos (EDR3) de Gaia. En total, estudiaron 170 cúmulos globulares, 41 corrientes estelares y 46 satélites de la Vía Láctea.

Graficarlos de acuerdo con su energía e impulso reveló que el 25% de estos objetos se dividen en seis grupos distintos. Cada grupo es una fusión que tiene lugar con la Vía Láctea. Aparte de ello, hubo una posible séptima fusión en los datos.

Cinco: Sagitario, Cetus, Gaia-Salchicha/Encelado, LMS-1/Wukong y Arjuna/Sequoia/I’itoi, se habían identificado previamente en estudios de estrellas. Pero el sexto fue un evento de fusión recientemente identificado. Los autores lo llamaron Pontus, que significa el mar.

Basándose en la forma en que la Vía Láctea ha separado a Pontus, estiman que probablemente cayó en nuestra galaxia hace entre 8 y 10 mil millones de años. Es probable que cuatro de los otros cinco eventos de fusión también hayan tenido lugar en esta época. 

Seis fusiones de nuestra galaxia / S. Payne-Wardenaar/K. Malhan, MPIA

Más estudios  

De todos ellos, Sagitario es el más reciente. Podría haber caído en la Vía Láctea en algún momento de los últimos 5-6 mil millones de años. Como resultado, la Vía Láctea aún no ha podido interrumpirla por completo

El siguiente paso, dijeron los investigadores, es tratar de reconstruir una línea de tiempo de todas las fusiones. «Con tal riqueza de información, seremos capaces de explorar el aspecto ‘temporal’ de la arqueología galáctica construyendo una comprensión de la historia de fusión ‘cronológica’ de la Vía Láctea», escribieron.

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