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Nueva investigación cambia la hipótesis sobre importante aspecto de la evolución humana

(Pixabay)

Una característica de los humanos es el bipedalismo, capacidad que desarrollamos cuando nuestros antepasados se apartaron de los bosques para aprovechar los espacios abiertos.

Las hipótesis sobre la evolución del bipedalismo tienen en común la idea de que los primeros homínidos bajaron de los árboles y caminaron erguidos por el suelo. Sin embargo, un nuevo estudio con chimpancés sugiere que caminar sobre dos pies fue una estrategia que surgió por primera vez mientras nuestros antepasados aún vivían entre los árboles.

 

Observando a los chimpancés

Junto con los bonobos, los chimpancés son nuestros parientes vivos más cercanos. Por lo tanto, observarlos en su entorno natural brinda pistas sobre la evolución de nuestra especie. Comprender cómo varía su comportamiento en relación con el hábitat proporciona una nueva y emocionante visión de los impulsores ecológicos del bipedalismo.

La antropóloga evolutiva Fiona Stewart y sus colegas documentaron el comportamiento de los chimpancés salvajes en el valle de Issa, al oeste de Tanzania. Stewart señala que lo encontrado es la «primera prueba en un simio vivo de la hipótesis de que los hábitats boscosos de sabana fueron un catalizador para el bipedalismo terrestre».

Los diversos chimpancés del valle de Issa son ideales para este estudio, pues la zona es una región de mosaico de sabana en el valle del Rift de África Oriental, similar al hábitat donde alguna vez vagaron los primeros homínidos.

Para medir las variaciones en los grupos de chimpancés, los científicos observaron el comportamiento posicional de 13 adultos, 6 hembras y 7 machos. Esto incluyó casi 2850 observaciones de actividad de escalar, caminar y colgarse en el transcurso de 15 meses, así como miles de notas más sobre la postura.

 

En marcha

Los resultados de la investigación muestran que más del 85% de los eventos de bipedismo observados entre los chimpancés tuvieron lugar en los árboles, principalmente cuando buscaban comida. Para los autores este es un hallazgo sorprendente, pues se cree que gran parte de la presión evolutiva para el bipedalismo está asociada con la actividad en el suelo, como transportar objetos o mirar por encima de la hierba alta.

«Nuestro análisis sugiere que la retirada de los bosques a finales del Mioceno-Plioceno hace unos cinco millones de años y los hábitats de sabana más abiertos no fueron, de hecho, un catalizador para la evolución del bipedalismo», dice Alex Piel, coautor del estudio.

«En cambio, los árboles probablemente siguieron siendo esenciales para su evolución, con la búsqueda de árboles productores de alimentos como un probable impulsor de este rasgo».

Por lo tanto, si nos guiamos por nuestros primos chimpancés, es posible que nuestros ancestros estuvieran preparados para ponerse en marcha cuando llegara el momento de abandonar los árboles.

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