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Nuestra galaxia tiene una «astilla estelar» de 3 mil años luz de largo en su brazo

Contingente de estrellas y nubes formadoras de estrellas que sobresalían del Brazo Sagitario de la Vía Láctea. / NASA / JPL-Caltech

Uno de los brazos de nuestra galaxia presenta una extraña característica que la “corta” perpendicularmente a través de la espiral, como una astilla. Esta ruptura interrumpe el flujo estelar de la Vía Láctea y los astrónomos no saben cómo llegó hasta ahí. Los detalles del descubrimiento fueron publicados en Astronomy and Astrophysics.

El brazo de Sagitario de la Vía Láctea sale en espiral del centro de nuestra galaxia, formando una autopista de gas que se extiende por decenas de miles de años luz. En ella se encuentran miles de millones de estrellas, todas aparentemente moviéndose a lo largo de la misma pista.

El descubrimiento

Ahora, un equipo internacional de científicos ha detectado una inusual estructura de 3 mil años luz en el brazo. Esta astilla estelar constituye solo una fracción de la Vía Láctea, la cual tiene un diámetro de unos 100 mil años luz.

“Dicha estructura es solo una pequeña parte de la Vía Láctea”, dijo Robert Benjamin, astrofísico de la Universidad de Wisconsin-Whitewater. “Pero podría decirnos algo significativo sobre la galaxia en su conjunto”.

“En última instancia, este es un recordatorio de que existen muchas incertidumbres acerca de la estructura a gran escala de la Vía Láctea, y debemos mirar los detalles si queremos comprender ese panorama más amplio”, añadió el coautor del estudio.

La “astilla”

La astilla comienza a unos 4 mil años luz del sol y cae en una sección particularmente famosa del brazo de Sagitario, ya que contiene cuatro nebulosas conocidas: la Nebulosa Omega, la Nebulosa Trífida, la Nebulosa Laguna y la Nebulosa Águila. A este conjunto también se le conoce como los Pilares de la Creación.

Los autores analizaron la velocidad y el ángulo de inclinación de varias regiones del brazo de Sagitario utilizando datos del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA y del satélite Gaia de la Agencia Espacial Europea. No obstante, se centraron en el ángulo de la curva del brazo en espiral.

Descubrieron que el brazo principal tenía un ángulo de inclinación de alrededor 12 grados. Por otro lado, la sección que contenía la rotura tenía un ángulo de 60 grados, saliendo casi perpendicularmente del brazo circundante.

Relativamente comunes

Además del extraño ángulo de proyección de la astilla, los cientos de miles de estrellas en la ruptura parecían moverse en la misma velocidad y dirección entre sí. Esto sugiere que las estrellas se formaron más o menos al mismo tiempo y todas fueron influenciadas por las mismas fuerzas gravitacionales.

De acuerdo con la evidencia recabada, alguna fuerza externa empujó a las nebulosas hacia una línea larga y recta que atraviesa el flujo del resto del brazo de Sagitario. De momento los científicos no saben qué sacó de la línea a estas estrellas jóvenes y advenedizas.

Sin embargo, este tipo de estructuras son comunes en las galaxias espirales distantes. Cuanto más de cerca miramos los brazos de la Vía Láctea, es más probable que descubramos más fragmentos, sacudidas y roturas como esta.

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