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Nuestra galaxia podría estar llena de “misteriosos mundos acuáticos”, señala estudio

Sub-tierra orbitando alrededor de una enana roja. / Patricia Klein / SPP 1992

La Vía Láctea podría ser un lugar mucho más “húmedo” de lo que creíamos. Un sorprendente estudio sugiere que existen muchos «mundos acuáticos» en nuestra galaxia. La investigación de la Universidad de Chicago ha sido publicada en Science.

Los astrónomos Rafael Luque y Enric Pallé no probaron directamente la existencia de agua. En cambio, dedujeron la composición de los planetas a partir de su diámetro y masa. Los investigadores también midieron las sombras que estos planetas proyectan sobre las estrellas que orbitan y los pequeños cambios en sus órbitas.

Este tipo de análisis es común en astronomía para exoplanetas individuales. Luque y Pallé estudiaron 34 exoplanetas más pequeños que la circunferencia de Neptuno orbitando enanas rojas, la clase más común de estrellas. 

De acuerdo con sus densidades estimadas, la mayoría de los exoplanetas están calificados como «mundos acuáticos». Eso quiere decir que son demasiado ligeros para ser solo rocas, y demasiado pesados ​​y pequeños para ser planetas de gas puro.

«Es sorprendente ver evidencia de tantos mundos acuáticos que rodean al tipo de estrella más común en la galaxia», dijo Luque en un comunicado. De ahí se podrían derivar “enormes consecuencias para la búsqueda de planetas habitables”.

 

Mundos acuáticos 

Sin embargo, los autores explican que el agua, u otra molécula igualmente ligera, difícilmente se encontraría en la superficie de los planetas observados. En ese caso, por la proximidad a los respectivos soles, tendría que ser gaseoso y así aumentar el radio de los planetas. 

Por lo general, estos exoplanetas se han separado en dos categorías: exoplanetas rocosos y exoplanetas gaseosos con atmósferas densas. Pero Luque y Pallé vieron surgir una tercera categoría: exoplanetas demasiado densos para ser gaseosos, pero no lo suficiente como para ser rocosos.

Su conclusión fue que la composición de la roca de estos exoplanetas de rango medio estaba mezclada con algo más ligero… como agua, quizás. Pero, si bien es tentador imaginar un mundo como el primero que aparece en Interestelar, los planetas del estudio están demasiado cerca de sus estrellas para tener agua líquida en sus superficies.

Si su agua estuviera en la superficie, inflaría sus atmósferas, haciéndolas aún más grandes en diámetro y más bajas en densidad. «Pero no vemos eso en las muestras», dice Luque. «Eso sugiere que el agua no está en forma de océano superficial».

Por eso, estos planetas podrían parecerse a Ganímedes, que es aproximadamente mitad roca y mitad agua, con el agua escondida debajo de una capa rocosa y helada. O quizá sean más similares a la Luna, que tiene moléculas de agua unidas en vidrio y minerales.

 

Más estudios

Si las conclusiones del equipo son correctas, el descubrimiento señalaría que estos mundos no podrían haberse formado donde lo hicieron. Tendrían que haberlo hecho más lejos de sus estrellas, de roca y hielo, y migrar hacia adentro a sus posiciones actuales. 

El experto en exoplanetas Jacob Bean de la Universidad de Chicago afirmó estar “sorprendido” por el resultado, aunque sabe que más estudios son necesarios. «Yo y mucha gente en el campo de la investigación habíamos asumido que todos estos eran planetas secos y rocosos», agregó.

Varios científicos ya han sugerido buscar vida extraterrestre en los sistemas de enanas rojas. En cualquier caso, los nuevos análisis proporcionarán pistas importantes para resolver el rompecabezas de la formación y evolución de los pequeños planetas. Además, los nuevos telescopios más potentes nos brindarán más conocimientos en un futuro próximo. 

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