La misión de las sondas Voyager, que han estado explorando el espacio desde 1977, enfrenta un nuevo desafío: la disminución gradual de energía. Ambas naves están impulsadas por generadores de plutonio que, al descomponerse, producen cada vez menos electricidad.
Ante esta situación, NASA ha decidido apagar uno de los instrumentos científicos de la Voyager 2, el instrumento de ciencia del plasma, que medía la cantidad y dirección de partículas ionizadas que pasaban cerca de la nave.
Aprovechando la poca energía
Aunque la Voyager 2 aún tiene energía suficiente para operar sus otros cuatro instrumentos científicos, se estima que hacia la década de 2030 solo uno de estos dispositivos estará activo.
En los últimos años, los ingenieros de la misión han trabajado para retrasar al máximo el apagado de los instrumentos, ya que los datos recopilados por las sondas son únicos.
Las Voyager fueron las primeras naves en llegar al espacio interestelar, una región más allá de la heliosfera, la burbuja de influencia del Sol, y son actualmente la única oportunidad de estudiar este espacio exterior. Sin embargo, el instrumento de plasma ha recolectado pocos datos últimamente debido a su orientación en relación con la dirección del plasma en el espacio interestelar.
A día de hoy, Voyager 2 se desplaza a unos 15 km/s y se encuentra a más de 20.5 mil millones de kilómetros de la Tierra. Los cuatro instrumentos restantes en la nave se dedican a estudiar la región más allá de la heliosfera.
Entre ellos están un magnetómetro para analizar el campo magnético interestelar, un detector de partículas cargadas que mide iones y electrones, un sistema de rayos cósmicos que estudia el origen de los rayos cósmicos, y un detector de ondas de plasma.
Las hermanas interestelares
Las sondas Voyager fueron lanzadas en 1977, aprovechando una alineación planetaria única que solo ocurre cada 175 años. Esta disposición permitió a las naves realizar un recorrido por los planetas exteriores del sistema solar con un mínimo de combustible.
Voyager 2, que fue lanzada primero, sobrevoló Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, siendo la única nave que ha visitado los planetas gigantes de hielo.
Actualmente, las dos sondas están en la fase de misión interestelar. Sus datos han ayudado a caracterizar las regiones y límites de la heliosfera, así como a explorar el medio interestelar. Voyager 1 cruzó la heliopausa en 2012 y Voyager 2 lo hizo en 2018.
Ambas se comunican con la Tierra a través de la Red de Espacio Profundo, aunque los mensajes tardan casi un día en llegar desde cada nave.
Con la energía decreciendo, NASA ha ido apagando sistemas no esenciales, como algunos calentadores, para prolongar la vida útil de los instrumentos científicos. El reciente apagado del instrumento de plasma, que jugó un papel clave en la detección de la salida de la heliosfera, fue necesario debido a su uso limitado en los últimos años.