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Los trasplantes fecales están mostrando mejoras significativas en el tratamiento contra el Parkinson

El daño a las neuronas es la forma en que progresa el Parkinson. / Robotitus

En un reciente avance médico, investigadores de Bélgica han descubierto que los trasplantes de microbiota fecal (FMT) de donantes sanos a pacientes en etapas tempranas del Parkinson pueden conducir a una mejora leve pero significativa en los síntomas motores, como los temblores y problemas de equilibrio, después de un año. 

Publicado en eClinicalMedicine, este estudio podría abrir nuevas vías para tratamientos relacionados con el objetivo de desacelerar o incluso revertir el progreso de la enfermedad de Parkinson.

El trabajo 

El equipo de investigación, liderado por el neurólogo Arnout Bruggeman de la Universidad de Gante, realizó un ensayo clínico que involucró a un total de 46 pacientes. Veintidós de ellos recibieron trasplantes fecales de personas sanas y 24 recibieron un placebo. Los seguimientos realizados hasta un año después del trasplante revelaron mejoras solo después del sexto mes. 

«Nuestros resultados son realmente alentadores», afirmó Bruggeman. «Después de doce meses, los participantes que recibieron el trasplante de heces de donantes sanos mostraron una mejora significativa en su puntuación motora, la medida más importante para los síntomas del Parkinson».

Para algunos, el método de administración del trasplante fecal —a través de la nariz para alcanzar el intestino delgado— puede sonar desagradable. Sin embargo, para quienes padecen la enfermedad, podría ser una opción valiosa para detener su avance. 

Además de los síntomas motores, aquellos que recibieron el trasplante de bacterias también mostraron un desarrollo más lento de la constipación, un síntoma común en la progresión de la enfermedad de Parkinson.

Resultados prometedores

La investigadora Roosmarijn Vandenbroucke, del Centro de Investigación de Inflamación VIB-UGent, señaló: «Nuestro estudio proporciona indicios prometedores de que el FMT puede ser un nuevo tratamiento valioso para la enfermedad de Parkinson». 

Sin embargo, Vandenbroucke enfatizó la necesidad de más investigación para confirmar estos hallazgos y explorar su potencial como un método seguro, efectivo y rentable para mejorar los síntomas y la calidad de vida de millones de personas con la enfermedad de Parkinson en todo el mundo.

Aunque aún queda mucho por entender sobre el Parkinson, investigaciones previas han demostrado que podría estar vinculado a cambios significativos en la microbiota intestinal. Se piensa que los cúmulos de proteínas que se forman en el intestino podrían viajar por el nervio vago e incrementar el riesgo de neurodegeneración responsable del Parkinson. 

Si la mezcla de bacterias intestinales influye en este proceso, encontrar la combinación correcta podría, como mínimo, reducir la severidad del daño.

Más estudios

Con billones de bacterias viviendo dentro de nuestros estómagos, determinar sus impactos únicos en el Parkinson es un desafío. Sin embargo, los científicos están cada vez más cerca de descubrir qué está sucediendo. 

«Nuestro próximo paso es obtener financiación para intentar determinar qué bacterias tienen una influencia positiva», dice la bioquímica Debby Laukens, de la Universidad de Gante. Esto conduciría al desarrollo de una píldora bacteriana u otra terapia dirigida que podría reemplazar al FMT en el futuro.

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