Un sistema planetario a unos 40 años luz de la Tierra podría estar lleno de agua, según un nuevo estudio. Sí, agua, ese ingrediente clave para la vida.
Hablamos del famoso sistema TRAPPIST-1, que desde 2017 ha fascinado a los astrónomos con sus siete planetas parecidos a la Tierra girando alrededor de una estrella enana roja.
Desde entonces, los científicos se han peleado con una gran pregunta: ¿pueden estos planetas albergar vida? O, dicho más claro, ¿tienen agua y condiciones habitables?
Las estrellas enanas rojas, como TRAPPIST-1, son más frías y pequeñas que el Sol, pero tienen un problemita: su actividad solar es intensa y lanza radiación UV todo el tiempo.
Eso complica las cosas. Aunque podría haber agua, esa misma radiación puede hacer que los planetas la pierdan en el espacio con el paso del tiempo.
Pero ahora, un nuevo estudio liderado por el astrobiólogo Trent Thomas, de la Universidad de Washington, aporta más pistas usando datos del telescopio espacial James Webb (JWST).
Observaron uno de los planetas, TRAPPIST-1 c, y vieron que no tiene una atmósfera densa de dióxido de carbono, como se pensaba. Eso lo aleja del estilo «Venus».
Sin embargo, no descarta la presencia de vapor de agua o incluso oxígeno generado por procesos químicos en su atmósfera.
Para entender de dónde podría salir ese vapor, el equipo modeló cómo sería el escape de gases volcánicos en esos planetas, usando como referencia a Mercurio, Venus, Marte y la Tierra.
Los resultados fueron sorprendentes: los siete planetas podrían tener tasas de emisión de agua de entre 0.03 y 8 veces la de la Tierra.
Pero también descubrieron que el ritmo al que el magma se mueve dentro de estos planetas es parecido al de Marte, que ya está “muerto volcánicamente”.
O sea, aunque podrían soltar algo de agua, probablemente no tienen volcanes activos. Eso baja las chances de que tengan fuentes internas que mantengan una atmósfera estable.
Aun así, los planetas podrían tener hasta un 1% de su masa en forma de agua. Para comparar, la Tierra solo tiene 0.02% de agua en su masa total.
Eso significa que podríamos estar viendo mundos completamente secos, otros llenos de océanos, o algo intermedio, como la Tierra. Todo depende de cada planeta.
El equipo también cree que los mantos de estos mundos son más bien secos, parecidos al de la Tierra, según el modelo que publicaron en arXiv.
Aunque quedan muchas dudas sobre si realmente pueden ser habitables, una cosa es clara: agua no parece faltar en TRAPPIST-1.
Y lo mejor es que las observaciones del telescopio Webb apenas están comenzando. Hay mucho por descubrir en estos vecinos galácticos.