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Los microplásticos persisten en el agua potable a pesar de los avances en las plantas de tratamiento

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Los microplásticos son pedacitos diminutos de plástico que ya están por todos lados: el agua, el aire, la comida… y sí, también dentro de nuestros cuerpos.

Vienen de cosas cotidianas como ropa, utensilios de cocina, cosméticos, y más. No se descomponen fácil, así que se quedan dando vueltas por el ambiente mucho tiempo.

Un nuevo estudio publicado en Science of the Total Environment revisó un montón de investigaciones anteriores y concluyó que el agua potable es una gran vía de exposición a estos microplásticos.

Los sistemas actuales de tratamiento de aguas no logran eliminarlos del todo. Aunque filtran bastante, siempre se escapan algunos que vuelven al ambiente.

La autora principal, Jenny Kim Nguyen, de la Universidad de Texas en Arlington, explicó que no hay un método único para medir microplásticos, lo que complica todo.

Además, ni siquiera hay una definición universal de qué cuenta como microplástico, lo cual dificulta evaluar bien el problema.

Su colega, Un-Jung Kim, dijo que estos plásticos podrían estar transportando contaminantes peligrosos como PFAS, antibióticos y bisfenoles.

Aunque estén en cantidades mínimas, seguimos expuestos al beber agua, lavar ropa o regar plantas. A la larga, eso puede provocar enfermedades serias.

Los efectos en la salud humana todavía se están estudiando, pero ya se han asociado con inflamación, estrés oxidativo, problemas inmunológicos y hasta cáncer.

Un estudio reciente encontró altas concentraciones de microplásticos en arterias de personas con derrames cerebrales, lo cual prendió las alarmas.

El impacto no es solo en los humanos. También se teme que esta contaminación esté afectando la fotosíntesis y el equilibrio de los ecosistemas.

La situación es preocupante, pero todavía no hay leyes estrictas para controlar los microplásticos. Por ahora, nos toca cuidarnos por nuestra cuenta.

La buena noticia es que sí podemos reducir nuestra exposición haciendo cambios simples en casa, como elegir ropa con menos fibras sintéticas.

Según el estudio, los microfibras de la ropa son una de las formas más comunes de microplásticos que terminan en el agua.

Así que, si puedes, compra ropa de algodón u otras fibras naturales. Y evita productos con demasiados plásticos.

Nguyen también está trabajando en crear métodos estándar para detectar microplásticos de forma más precisa y ayudar a diseñar soluciones.

El objetivo final del estudio es entender mejor este problema y buscar maneras más efectivas de enfrentarlo antes de que se salga de control.

Porque aunque muchos efectos siguen siendo un misterio, todo apunta a que no estamos hablando de algo menor.

En resumen: los microplásticos ya están en nuestras vidas, no se van solos y necesitamos actuar ya, tanto a nivel personal como colectivo.

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