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Los humanos tendríamos más responsabilidad de la que creemos en la desaparición de los mamuts

Los antiguos familiares de los elefantes alguna vez compartieron la Tierra con nosotros. / DALLE·3

Hace unos 20,000 años, los mamuts y sus parientes eran relativamente abundantes en la Tierra. Sin embargo, para hace aproximadamente 10 mil años, estas criaturas estaban prácticamente extintas, una desaparición sorprendentemente repentina, considerando los millones de años que prosperaron en el planeta. 

Durante mucho tiempo, se ha señalado el cambio climático como la principal causa de su extinción, específicamente el fin de la última Edad de Hielo hace unos 11,000 años. Ahora un nuevo estudio publicado en Science Advances sugiere que el aumento de las temperaturas globales tuvo un impacto mucho menor.

Este análisis reciente relaciona el declive de los primeros proboscídeos –el orden de animales que incluye elefantes, mamuts lanudos (Mammuthus primigenius) y sus parientes de trompa larga– con la llegada y expansión de los primeros humanos modernos

El estudio 

Según el equipo liderado por el ecólogo Torsten Hauffe, de la Universidad de Friburgo en Suiza, “la aparición de los humanos modernos aumentó las tasas de extinción, provocando un reciente declive en la diversidad, mientras que el clima regional tuvo un impacto menor”. 

Este modelo, según los investigadores, ofrece una mejor comprensión de las dinámicas complejas que modelan la diversificación de los clados.

La extinción de una especie rara vez es el resultado de un solo factor. Por lo general, es una serie de circunstancias que conspiran contra la supervivencia continua de un organismo específico: hábitats cada vez más inhóspitos, escasez de recursos alimenticios y la competencia por estos, además de la depredación por otras especies. 

Se sabe que los primeros humanos cazaban mamuts, y existen numerosos huesos de estos animales que muestran las marcas de cuchillas y procesos de carnicería. Sin embargo, el papel de esta depredación en la desaparición de los mamuts ha sido objeto de debate.

Hauffe y sus colegas buscaron investigar la correlación entre la llegada de los humanos modernos y el declive de los mamuts. Para ello, utilizaron una red neuronal, entrenando un algoritmo para analizar los registros fósiles, cuantificando la reducción en las especies de proboscídeos y relacionándola con otros factores ambientales. 

Fuimos nosotros

El modelo se alimentó con datos de 2,118 fósiles pertenecientes a 175 especies de proboscídeos que vivieron entre hace 35 millones y 10,000 años, incluyendo cambios en su morfología, como el tamaño de los colmillos. 

También se consideraron 17 posibles factores que podrían influir en las poblaciones de estos animales, incluidos datos climáticos y ambientales, así como la llegada de los primeros homínidos hace 1.8 millones de años y la llegada de los humanos modernos (Homo sapiens) hace unos 129,000 años.

El estudio reveló que, una vez que los humanos modernos llegaron a escena, la tasa de extinción de los proboscídeos aumentó drásticamente, alcanzando un pico con un aumento de 17 veces en comparación con la tasa previa. El clima, por otro lado, se clasificó en cuarto lugar entre los factores predictivos, responsable solo de un leve incremento en la tasa de extinción.

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