No solo los murciélagos o las ballenas pueden usar ecolocalización. Una investigación ha encontrado que, con suficiente entrenamiento, los humanos también somos capaces de aprender esa habilidad. Los detalles se publicaron en PLOS One.
Científicos de la Universidad de Durham descubrieron que en tan solo 10 semanas se pudo enseñar ecolocalización a humanos. Los 26 voluntarios (12 personas invidentes y 14 videntes) aprendieron a sortear obstáculos y reconocer el tamaño y la orientación de los objetos utilizando los rebotes de sus chasquidos.
Entrenamiento
La ecolocalización es una habilidad animal que emplea los ecos de sus propios sonidos para detectar obstáculos y sus contornos. Algunos humanos ciegos también la utilizan, ya sea mediante el golpeteo de un bastón o el chasquido de los dedos para hacer el ruido necesario. Otros usan la boca para hacer el chasquido.
A pesar de lo útil que puede ser esta habilidad, actualmente a muy pocas personas ciegas se les enseña cómo hacerlo. Los ecolocadores expertos han estado tratando de dar a conocer la habilidad, y este nuevo estudio sugiere que todo lo necesario para llevarlo a cabo es un programa de entrenamiento simple.
Durante 20 sesiones de capacitación (de 2 a 3 horas), se observó que los participantes ciegos y videntes, tanto jóvenes como mayores, mejoraron considerablemente su ecolocalización basada en chasquidos. Los entrenaron para navegar por laberintos virtuales e identificar el tamaño y la orientación de los objetos mediante chasquidos bucales.
En las dos últimas sesiones, los voluntarios probaron sus nuevas habilidades de navegación en un nuevo laberinto virtual. Incluso al estar cegados en ese entorno desconocido, colisionaron menos veces que al comienzo del programa.
Ecolocadores
Los resultados indicaron que incluso ecolocadores recién entrenados se desempeñaban casi tan bien en el laberinto como siete ecolocadores expertos, con años de experiencia. En pruebas adicionales para determinar la forma y orientación de ciertas superficies, los colaboradores del estudio en realidad se desempeñaron igual que los expertos.
Análisis anteriores ya habían señalado que es posible para las personas videntes aprender la ecolocalización basada en clics en una serie de sesiones de capacitación. No obstante, este es el primer estudio que prueba si los resultados se extienden también a personas ciegas y personas de distintas edades.
Los ecolocadores pueden “ver” el mundo que los rodea con las partes visuales del cerebro. Sin embargo, hasta ahora no se tenía claro si los invidentes eran capaces usar las mismas redes neuronales en el mismo grado.
La edad no es problema
Por otro lado, muchas personas pierden la vista y el oído a medida que envejecen, y cuanto mayor es una persona, menor es la plasticidad del cerebro. Esto puede dificultar el aprendizaje de nuevas habilidades a medida que uno envejece.
Pero tenemos buenas noticias. En la nueva investigación se afirma que la edad no es un factor limitante para el aprendizaje de la ecolocalización. Personas ciegas de hasta 79 años consiguieron adquirir la habilidad con el entrenamiento adecuado. Cuando los autores analizaron sus resultados, encontraron que la edad avanzada en sí misma no estaba relacionada con más colisiones en la tarea del laberinto.
Finalmente, tres meses luego de terminadas las sesiones de capacitación, los participantes ciegos dijeron que experimentaron una mejor movilidad gracias a la ecolocalización. En una encuesta de seguimiento, 10 de los 12 participantes afirmaron que la habilidad había beneficiado su independencia y bienestar.