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Los denisovanos pueden haber vivido en la zona más alta del planeta mucho antes que nosotros

La Meseta del Tibet es la zona más alta del mundo. / PxHere

Una investigación sugiere que los humanos podemos vivir con relativa facilidad en las alturas gracias a los denisovanos, un pariente cercano del Homo Sapiens. Según los expertos, los denisovanos que vivieron en esta región pudieron tener un impacto significativo en nuestra propia evolución. El trabajo fue publicado en Trends in Ecology & Evolution.

La especie, llamada Denisova, se describe como un pariente cercano de los humanos modernos, Homo Sapiens. Vivió principalmente en Siberia hace miles de años, y ahora arroja luz sobre la historia al proporcionar datos importantes sobre la evolución de los seres humanos.

El nuevo estudio muestra lo que realizaron en nuestro planeta y cómo eso afectó a nuestra especie. Asimismo, revela que los denisovanos habrían albergado la meseta más alta y ancha del mundo, la “Meseta del Tíbet”, mucho antes que los humanos modernos.

Antes que nosotros

Los denisovanos se habrían asentado en la meseta tibetana antes que el Homo Sapiens. La meseta tibetana, o meseta del Himalaya, se encuentra a una media de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Debido a eso, también es descrita como el “techo del mundo”.

Ubicada entre la India, China, Pakistán, Nepal y Bután, esta región fue considerada uno de los últimos lugares donde nos establecimos de forma permanente. Aunque investigaciones anteriores demostraron que fue utilizada como asentamiento por otras personas, no se sabía cuándo ocurrió ni por qué especies.

El estudio aporta nuevas ideas sobre este tema. Combinando evidencia arqueológica y genética, los autores intentaron averiguar cuándo los humanos se establecieron en “el techo del mundo”. Como resultado del examen de los modelos creados, se reveló que los antepasados ​​humanos habrían vivido en la región más de lo esperado.

Mestizaje

Además, cabe señalar que la evidencia disponible indica que los humanos probablemente utilizaron la meseta como asentamiento permanente hace entre 30.000 y 40.000 años. De acuerdo con los expertos, un evento de “cruzamiento” que tuvo lugar entre los denisovanos en el este de Asia y los humanos modernos habría causado que los humanos se establecieran en este entorno con poco oxígeno.

“No sabemos exactamente si los denisovanos se adaptaron a la gran altitud”, dijo el antropólogo Nicolas Zwyns de la Universidad de California, Davis. Sin embargo, la transferencia de algunos genes puede haber provocado que nuestra especie se adaptara a la hipoxia (falta de oxígeno) miles de años después.

La evidencia arqueológica ha revelado que los denisovanos vivieron en la meseta tibetana hace aproximadamente 160.000 años. No obstante, se desconoce si estos humanos utilizaron la meseta como un “asentamiento” durante muchos años. Por lo tanto, existe la posibilidad de que la zona solo haya sido visitada ocasionalmente por los denisovanos.

En resumen, la investigación muestra que la posibilidad de “mestizaje” entre denisovanos y Sapiens en la meseta tibetana puede haber tenido un impacto significativo. Este cruce pudo permitir que los humanos modernos soporten la falta de oxígeno y establezcan la vida en esta región. Aun así, los expertos enfatizan que los resultados actuales son insuficientes, y que se requiere de más trabajo.

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