Las personas más empáticas tendrían mayor facilidad para identificar las emociones de los animales con tan solo escucharlos, sugiere nuevo estudio, publicado en The Royal Society.
Empatía
Si un gato maúlla y tú puedes detectar si se siente asustado o en peligro con solo escucharlo, podrías ser una persona particularmente empática; lo mismo si se tratase de otros sonidos animales como balidos, gruñidos o mugidos. Así lo sugiere un estudio etológico que mide el índice de reactividad interpersonal (IRI), el cual ofrece una medida multidimensional de la empatía basándose en cuatro rasgos empáticos.
Los autores aplicaron cuestionarios a 1024 participantes de 48 países, en el que consideraron su tendencia a adoptar los puntos de vista de otras personas, sentir simpatía por los demás, experimentar angustia cuando otros lo necesitan e imaginarse a sí mismos en situaciones ficticias.
En general, las personas interpretaron correctamente el significado de los sonidos de los animales más del 50% de las veces, mejor que el azar. Los participantes que obtuvieron una puntuación alta en empatía fueron más capaces de comprender el significado de los sonidos de los animales.
Excitación emocional
Elodie Briefer, etóloga a cargo de la investigación, decidió continuar con una hipótesis que indica que los animales escuchan y responden a la emoción en nuestras propias voces. Esta vez, Briefer y su equipo recopilaron grabaciones de vocalizaciones de animales domésticos (cerdos, caballos, cabras y ganado) y animales salvajes (jabalíes y caballos salvajes de Przewalski).
Los sonidos grabados estaban asociados con experiencias positivas (por ejemplo, un animal emocionado por la comida) y experiencias negativas (un animal asustado, bajo estrés o socialmente aislado). Además, incluyeron voces humanas, creando palabras sin sentido y usando actores de voz para decirlas en tonos positivos y negativos.
Los investigadores usaron la frecuencia cardíaca de los animales domésticos y los movimientos de los animales salvajes como medidas de lo que llaman «excitación emocional», es decir, la intensidad con la que se sentía la emoción en el momento en que se emitía el sonido.
De acuerdo con los resultados, las personas fueron más confiables al detectar el nivel de excitación emocional que el tipo de emoción en los animales, lo cual podría deberse a que la excitación es una respuesta al estrés que se conserva a lo largo de la evolución en los mamíferos y generalmente se representa mediante un ruido de alta frecuencia.
Aprendizaje
Los humanos estaban más sintonizados con los sonidos de otros humanos y animales domésticos en comparación con los animales salvajes. Y las personas que trabajaron de cerca con animales fueron mejores para comprenderlos. Eso sugiere que la comunicación entre especies se puede mejorar a través de la exposición y la práctica.
Briefer, docente en la Universidad de Copenhague, explica que las personas aprenden a mejorar su comprensión de las emociones animales tras la capacitación.
«Cuando los estudiantes hacen la prueba en clase, obtienen un promedio del 50% de las respuestas correctas en el primer intento», dice Briefer. «Luego de hablar sobre los sonidos y el conocimiento que tenemos sobre las vocalizaciones de los animales, sus puntajes mejoran. En sus segundos intentos, por lo general aciertan más del 70%«.