Científicos evaluaron la respuesta inflamatoria de las células respiratorias asmáticas tras la infección con el coronavirus y descubrieron cómo el asma podría evitar los casos de Covid-19 grave.
Observando de cerca a las células
Tras dos años de pandemia y ante las nuevas variantes y oleadas de Covid-19, científicos y profesionales de la salud continúan buscando las mejores armas para combatir al virus. En ese sentido, la tecnología juega un papel fundamental pues nos permite obtener información relevante sobre el SARS-Cov-2 para luego estudiar nuevos objetivos terapéuticos.
Por ejemplo, la microscopía electrónica revela características importantes del virus y de la respuesta inflamatoria. Con exámenes adicionales de inmunohistoquímica y análisis genéticos, un equipo de investigación ha examinado ambos aspectos pero en casos de asma.
Esta enfermedad respiratoria podría guiarnos a futuros tratamientos contra la Covid-19 ya que, aunque las enfermedades pulmonares mucoobstructivas están relacionadas con los casos más severos, el asma ha demostrado tener una susceptibilidad reducida.
De hecho, los estudios en Australia, Reino Unido, Europa y Estados Unidos no han encontrado evidencia de que el asma provoque síntomas graves de Covid-19. Todo lo contario, las personas con asma tienen menos probabilidades de desarrollar Covid severo.
Es muy importante resaltar que este fenómeno es particular del asma; en el caso de otras enfermedades pulmonares, como el enfisema, las personas sí pueden desarrollar síntomas graves.
Por ello, científicos de la Universidad de Carolina del Norte decidieron estudiar la respuesta inflamatoria en personas con asma tras la infección con del virus. En su análisis, usaron cultivos celulares del tracto respiratorio humano, e imitaron las vías respiratorias asmáticas utilizando la proteína interleucina-13 (IL-13), la más frecuente en el asma.
Protegidos por el moco
La interleucina-13 puede ser realmente un fastidio para los asmáticos dado que es la responsable de aumentar la producción de moco por sobre los niveles saludables. Sin embargo, esta investigación muestra que la pequeña proteína no sería tan problemática; sino todo lo contrario, una salvación.
Cuando los autores infectaron los cultivos con la proteína notaron que el coronavirus tenía problemas para invadir la célula y replicarse. Por el contrario, en las células no tratadas hubo muchas más infecciones.
«La IL-13 desempeña un papel único en la defensa contra la infección por SARS-CoV-2 en ciertas poblaciones de pacientes», señaló Camille Ehre.
Cuando se eliminó la mucosidad, las células aún mostraban un grado de protección contra el coronavirus invasor.
Con la secuenciación de ARN se confirmó que la presencia de IL-13 en el cultivo celular regulaba al alza los genes vinculados a las propiedades antivirales. Al mismo tiempo, ponía en orden la baja la expresión de los receptores celulares a los cuales se adhieren los coronavirus.
«En conclusión, IL-13 atenuó la intensa eliminación viral y celular causada por la infección por SARS-CoV-2, lo que afectó la entrada, la replicación y la propagación viral«.
Todo esto es muy emocionante, pero, lamentablemente, la proteína IL-13 no se puede utilizar como tratamiento por sí sola, puesto que desencadena inflamación en las vías respiratorias. Aun así, conocer lo que sucede en los pulmones asmáticos es crucial para los mecanismos subyacentes detrás de los casos graves de COVID-19. Con esto, los medicamentos terapéuticos futuros podrán apuntar a los sitios más involucrados en los síntomas graves.