Icono del sitio Robotitus

Las pastillas para dormir pueden tener efectos inesperados en el cerebro dormido

Screenshot

Dormir bien es un reto para muchos. Un tercio de los adultos en EE.UU. no duerme lo suficiente, y los adolescentes están aún peor: 8 de cada 10 tienen falta de sueño.

El problema es serio. La falta de descanso afecta nuestra salud, desde el sistema inmunológico hasta la memoria y la creatividad. Pero, aunque sabemos que el sueño es clave, su función exacta sigue siendo un misterio.

Los científicos tienen varias teorías. Puede que el sueño ayude a seleccionar recuerdos importantes o favorezca el crecimiento óseo en los niños. También podría ser un momento en que el cerebro procesa problemas o incluso mantiene los ojos lubricados.

Desde hace años, los investigadores intentan entender el sueño. Estudiarlo es como seguir pistas que desaparecen antes de encontrar una respuesta clara. Y en ese caos, algunos tratamientos para dormir pueden no ser la mejor opción.

Un estudio reciente publicado en Cell analizó el zolpidem, más conocido como Ambien, un medicamento para dormir. Este fármaco interfiere con otra función clave del sueño: la limpieza del cerebro. Cada 20 segundos, el líquido cefalorraquídeo lava el cerebro, eliminando residuos, incluidas proteínas asociadas con el Alzheimer.

Este proceso es como encender el lavavajillas por la noche, dice la neurocientífica Maiken Nedergaard. No es algo llamativo, pero es esencial. Durante mucho tiempo, esta función pasó desapercibida.

En experimentos con ratones, los que tomaron zolpidem se durmieron más rápido y profundo, pero el lavado cerebral fue menos efectivo. Los científicos aún no saben si esto pasa en humanos ni qué consecuencias podría tener.

El zolpidem actúa sobre el GABA, una sustancia que calma el cerebro. “Básicamente, apaga todo”, explica Robert Stickgold, experto en sueño del MIT. No importa si el insomnio es por dolor, estrés o piernas inquietas: Ambien actúa sin preguntar. “Es como si te dieran un golpe en la cabeza”, dice Stickgold.

Nedergaard cree que Ambien puede ser útil a corto plazo, pero su uso prolongado trae riesgos. Uno de ellos podría ser la alteración de la limpieza cerebral. Por eso, necesitamos una pastilla para dormir que preserve estos procesos naturales.

Aun así, para quienes no pueden dormir, tomar un somnífero es mejor que no dormir nada. “Los somníferos son terribles”, dice Stickgold. “Nunca deberías tomarlos, a menos que realmente los necesites”.

Mientras los científicos buscan mejorar el sueño, también exploran sus capacidades ocultas. Han logrado que personas dormidas sueñen con objetos específicos, mejoren en piano o incluso aprendan palabras de otro idioma.

Pero todo tiene un precio, advierte Stickgold. Si el cerebro se enfoca en una tarea, descuida otras. Y eso nos recuerda que el sueño sigue siendo un territorio desconocido.

Tal vez nunca sepamos exactamente por qué dormimos. Puede ser para crecer, para limpiar el cerebro, para recordar mejor o muchas cosas más. Lo que sí es seguro es que cada descubrimiento nos llevará a más preguntas. El sueño es un misterio, y aún hay muchas migas de pan por seguir.

Salir de la versión móvil