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Las misteriosas “bolas amarillas” en la Vía Láctea son en realidad cúmulos de estrellas bebés

La Vía Láctea está llena de estas "bolas amarillas" / Spitzer - NASA

Entre 2010 y 2015, científicos ciudadanos que escaneaban imágenes en color falso del Telescopio Spitzer descubrieron extrañas bolas de luz amarilla esparcidas por la Vía Láctea. Especularon que los globos representaban un paso en la formación de estrellas, y pronto comenzaron a referirse a ellos como bolas amarillas. Ahora, otro equipo de astrónomos ha resuelto el misterio.

De acuerdo al estudio, publicado en el Astrophysical Journal, las bolas amarillas serían cúmulos de estrellas infantiles. Más específicamente, representan la fase «en el útero» de las estrellas.

Las bolas amarillas marcan los lugares de nacimiento de muchos tipos de estrellas con una amplia gama de masas, en vez de estrellas supermasivas individuales. Las estrellas de los cúmulos son relativamente jóvenes, tienen 100.000 años.

“Pienso en ellas como estrellas en el útero”, dice Grace Wolf-Chase, astrónoma del Instituto de Ciencias Planetarias, Illinois. En comparación, las estrellas masivas que se forman en la nebulosa de Orión tienen unos 3 millones de años, y el sol tiene aproximadamente 4.600 millones de años.

Científicos ciudadanos

Los voluntarios del Proyecto de la Vía Láctea identificaron por primera vez los objetos mientras buscaban imágenes tomadas por el Telescopio Espacial Spitzer. El ahora desaparecido observatorio vio el cosmos en luz infrarroja, lo que permitió a los astrónomos tomar una especie de ultrasonido estelar.

Los científicos ciudadanos estaban buscando estrellas bebés a través de estas imágenes. Se creía que estos cuerpos celestes tenían al menos 10 veces la masa del sol y que estaban soplando burbujas gigantes de gas ionizado.

Uno o dos años después del proyecto, algunos usuarios comenzaron a etiquetar ciertos objetos con la etiqueta #yellowballs¸ ya que así lucían en las imágenes en falso color. Entre 2010 y 2015, los voluntarios encontraron 928 bolas amarillas.

Misterio resuelto

El equipo de Wolf-Chase inicialmente pensó que las bolas representaban burbujas de gas en etapa temprana. No obstante, al ser un descubrimiento fortuito, sabían que probablemente no habían capturado suficientes para identificar definitivamente los objetos.

En 2016, el equipo pidió a los voluntarios del Proyecto Vía Láctea que buscaran más. Al año siguiente, el grupo había detectado más de 6.000 bolas amarillas. Wolf-Chase y sus colegas compararon alrededor de 500 de esas bolas con catálogos existentes de cúmulos estelares y otras estructuras para tratar de averiguar cuáles eran.

“Ahora tenemos una buena respuesta: son cúmulos de estrellas en ciernes”, afirma Wolf-Chase. Los cúmulos emiten sus propias burbujas ionizadas, similares a las burbujas estelares impulsadas por estrellas grandes y jóvenes.

Wolf-Chase espera que los investigadores puedan utilizar el trabajo para seleccionar bolas amarillas con telescopios como el James Webb. El esperado dispositivo se lanzará en octubre, y la astrónoma espera descubrir más sobre las propiedades físicas de estos curiosos objetos.

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