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Las enanas blancas podrían no estar del todo «muertas», señala estudio

Ilustración de la enana blanca ZTF J1901 + 1458 / Giuseppe Parisi

En un sorprendente avance para la astrofísica, investigaciones recientes han revelado que algunas estrellas «muertas», conocidas como enanas blancas, esconden secretos bajo sus frías superficies. Estos remanentes estelares, antes considerados simples vestigios del cosmos, tendrían la capacidad de generar energía mucho después de su «muerte».

Publicado en la prestigiosa Nature, el estudio liderado por Antoine Bédard de la Universidad de Warwick y Simon Blouin de la Universidad de Victoria, se basa en datos de la misión espacial Gaia de 2019. Los científicos identificaron un grupo de enanas blancas que parecían haber pausado su proceso de enfriamiento durante miles de millones de años, una observación que hasta ahora había permanecido sin explicación.

 

Lo que se sabía

Las enanas blancas se forman cuando estrellas de masa similar al Sol agotan su combustible nuclear y experimentan una transformación dramática. Este proceso culmina en la fase de gigante roja, durante la cual la estrella expulsa sus capas externas, dejando un núcleo denso y enfriado. Tradicionalmente, se creía que estas estrellas, al agotar su combustible, se convertían en estructuras sólidas y frías, meros espectros de su antiguo esplendor.

Sin embargo, la nueva investigación propone una hipótesis revolucionaria para explicar el misterioso fenómeno de las enanas blancas que desafían el envejecimiento. Según sus hallazgos, el núcleo de algunas enanas blancas no se solidifica de manera uniforme; en su lugar, se forman cristales sólidos que flotan sobre un líquido más denso.

Este movimiento de material sólido hacia la superficie y de líquido hacia el núcleo libera energía gravitacional, convirtiéndose en calor y ralentizando significativamente el enfriamiento de la estrella.

El descubrimiento no solo contradice la idea de que las enanas blancas son estructuras completamente inertes, sino que también ofrece una «fuente de juventud» celestial que podría extender la luminosidad de estas estrellas por miles de millones de años adicionales.

 

Dos modelos alternativos para el interior de enanas blancas. A la izquierda, se muestra la cristalización ordinaria de una enana blanca estándar, mientras que a la derecha se observa una enana blanca peculiar que se enfría más lentamente. / Robert Lea/Bédard et al.

 

Posible explicación

La variación en el proceso de enfriamiento de las enanas blancas se debe a la diversidad en su composición, posiblemente resultado de la fusión de dos estrellas diferentes. Este fenómeno produce cambios en la estructura interna de la estrella que favorecen la formación de cristales flotantes, lo que podría explicar por qué algunas enanas blancas parecen mucho más jóvenes de lo que realmente son.

Según Bédard, «no todos los días descubrimos un fenómeno astrofísico completamente nuevo», lo que destaca la importancia de este hallazgo para la comunidad científica y nuestro entendimiento del universo.

El estudio de estas enanas blancas que desafían el envejecimiento y el mecanismo subyacente podría, por tanto, redefinir los métodos empleados para datar estrellas, complicando el ya desafiante trabajo de reconstruir la historia de la Vía Láctea

Bédard destaca la importancia de este hallazgo para la comunidad científica y nuestro entendimiento del universo, pues, «no todos los días descubrimos un fenómeno astrofísico completamente nuevo».

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