La sonda Solar Orbiter se encuentra rumbo al Sol, pero en su camino ha logrado su primer sobrevuelo en Venus. La nave espacial, desarrollada por la Agencia Espacial Europea en colaboración con la NASA, usará al planeta para perfeccionar su recorrido.
Solar Orbiter
Solar Orbiter (SolO) es un satélite científico de observación solar que pasará siete años recolectando información de nuestro Sol. Su objetivo es realizar mediciones detalladas del campo magnético de la superficie solar, de los niveles de radiación en la heliosfera interna y del viento solar. Además, se encargará de realizar observaciones de las regiones polares del Sol.
Sin embargo, para hacer todo lo que los científicos necesitan, la nave tiene que dar algunas vueltas a Venus. Aunque no esté diseñada para capturar información de este planeta, seguramente puede intentar algo.
«Solar Orbiter es, por supuesto, una misión no diseñada específicamente para realizar observaciones de Venus», dijo Daniel Müller a Space. «Siempre estamos buscando oportunidades adicionales para hacer ciencia, así que sí, estaremos haciendo observaciones cuando nos acerquemos a Venus».
Es importante mencionar que estas observaciones no serán tan sencillas. La limitación clave proviene del diseño cauteloso de la nave. «Siempre debemos apuntar nuestro escudo térmico hacia el Sol, eso no se puede cambiar», dijo Müller. «Todos los telescopios miran a través del escudo térmico en dirección solar».
En ese sentido, la Solar Orbiter no nos dará algunas imágenes espectaculares de Venus. Sin embargo, la sonda lleva un conjunto de instrumentos para los que la dirección no es un problema. Con estos se puede obtener información del planeta caliente.
Sobre Venus
Durante el sobrevuelo de hoy, los científicos recopilaron datos utilizando el magnetómetro de la nave, el instrumento de ondas de radio y plasma y algunos de los sensores del detector de partículas energéticas.
«A ese tipo de distancias, observar cómo Venus interactúa con el viento solar que pasa por delante será la clave que veremos», dice Tim Horbury, físico del Imperial College de Londres e investigador principal de uno de los instrumentos de Orbiter.
A diferencia de la Tierra, Venus no tiene un campo magnético, por lo que el viento solar interactúa directamente con el planeta en lugar de con ese campo. «Es una interacción muy diferente», dijo Horbury.
Aunque la nave ya tuvo un primer sobrevuelo, todavía pasarán unos días hasta que los científicos puedan profundizar en los datos. «Realmente estaremos buscando cosas nuevas e interesantes», dijo Müller. «Realmente no podemos decir todavía cuáles serán».