La primera granja de pulpos en el mundo planea inaugurarse el próximo el año, pero esto supone un desafío filosófico que puede resultar más difícil de solucionar.
Demanda global de pulpo
Un debate sobre la ética en la crianza y producción de pulpos gira entorno a la empresa acuícola española Nueva Pescanova, que planea abrir la primera granja de pulpos del mundo en el año 2023. Esta decisión es incentivada por la creciente demanda en el comercio mundial de cefalópodos, pulpos y calamares, y los empresarios aseguran que los programas de cría aliviarán la presión sobre las pesquerías sobrecargadas.
De hecho, a nivel global se espera que se comercialicen casi 630 000 toneladas métricas del invertebrado para 2025, frente a las 380 000 toneladas de hace un par de años.
Esto parece lógico, ya que muchas especies que se comen comúnmente tienen características ideales para la cría. Pueden reproducirse prolíficamente, aumentar su masa corporal rápidamente y tardar solo uno o dos años en madurar. Por otro lado, la iniciativa de Nueva Pescanova promete generar muchos empleos locales.
Problemas éticos
Frente a esto, los especialistas en ética, zoólogos y ambientalistas no están convencidos y advierten que hay muchas razones para no criar pulpos.
Investigaciones realizadas durante muchos años concluyen que los pulpos son en realidad, animales muy inteligentes. Tienen la capacidad de resolver tests cognitivos diseñados para niños y pruebas complejas, con un sistema nervioso muy distinto al nuestro. Además, experimentan emociones, como el sufrimiento.
Por ese motivo, en los últimos años, países como Reino Unido, Noruega y Austria, han decidido brindar protección a los pulpos en su legislación sobre derechos de los animales.
Aparte de ello y debido a que los mayores consumidores de pulpo son, en su mayoría, países ricos y con seguridad alimentaria, el debate no es sobre una nutrición adecuada, sino sobre cultura, capitalismo y cocina.
Acuicultura sostenible
Nueva Pescanova espera sacar provecho y ofrecer al mercado alrededor de 3.000 toneladas de carne de pulpo asequible al año para 2026, gastando 65 millones de euros para hacer realidad la idea. El director del centro, David Chavarrías, afirma que ya están buscando soluciones a los problemas que dificultan la cría de pulpos.
Algo muy propio de estos cefalópodos sería buscar ingeniosas maneras para escapar. También pueden volverse agresivos cuando están encerrados, hasta el punto de automutilarse. No obstante, Chavarrías afirma que «no se ha encontrado comportamientos caníbales en ninguno de nuestros criaderos».
Además, la acuicultura en general continúa planteando serias preocupaciones ambientales. A pesar de las mejoras significativas en las últimas dos décadas, la industria sigue siendo una fuente de plagas y enfermedades acuáticas, contaminantes y generadores de emisiones de efecto invernadero.
Ante esto, Nueva Pescanova trata estos obstáculos como pragmáticos, esperando solucionarlos con ciencia, aunque son herméticos sobre cómo los resolverán.
Siendo optimistas, la cría sostenible y rentable de pulpo puede convertirse en una realidad, con suficiente tiempo e inversión. Sin embargo, si el sufrimiento de un animal vale la pena para su crianza, sostenible o no, es aún una discusión sin punto final.