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La Luna habría estado extrayendo agua de la Tierra de forma encubierta durante miles de millones de años

Distribución del hielo superficial en el polo sur de la Luna, a la izquierda, y el polo norte, a la derecha. / NASA

Desde que se descubrió agua en la Luna, ha existido la pregunta de cómo llegó allí. Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature sugiere que, al menos parte de ella, probablemente provino de la Tierra.

El agua habría sido formada por iones de hidrógeno y oxígeno que escaparon de la atmósfera superior terrestre y se combinaron en la Luna. El escenario fue propuesto en una investigación dirigida por Gunther Kletetschka, junto con otros científicos de la Universidad de Alaska.

Agua lunar

El equipo estimó que las regiones polares de la Luna podrían contener hasta 3.500 kilómetros cúbicos, o más, de permafrost superficial o agua líquida subsuperficial creada a partir de iones que escaparon de la atmósfera de la Tierra.

Los investigadores basaron ese total en el cálculo del modelo de volumen más bajo, donde el 1% del escape atmosférico de la Tierra llegaría a la Luna.

Gran parte del agua lunar parece provenir del impacto de asteroides y cometas contra nuestro satélite natural hace unos 3.500 millones de años. Otra hipótesis considera al viento solar, en la cual iones de oxígeno e hidrógeno provenientes del Sol se recombinarían para formar agua.

Los autores sugieren que los iones de oxígeno e hidrógeno de nuestra atmósfera son conducidos ​​hacia la Luna cuando pasan a través de la «cola» de la magnetosfera terrestre, lo que ocurriría durante los cinco días del viaje mensual del satélite alrededor de la Tierra.

El proceso 

Recientes mediciones revelaron un número significativo de iones formadores de agua presentes durante el tránsito de la Luna a través de la magnetosfera. Toda esa información fue recopilada por diferentes agencias espaciales, como la NASA, la Agencia Espacial Europea, la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón y la Organización de Investigación Espacial de la India.

Los iones se habrían acumulado desde el período del Bombardeo Intenso Tardío. La presencia de la Luna en la cola de la magnetosfera pudo haber afectado temporalmente las líneas del campo magnético de la Tierra. Así, las que se rompen, terminan separándose y extendiéndose por el espacio, alcanzando miles de kilómetros.

Debido a que la Luna se encuentra en la cola, algunas de las líneas se reconectan con su parte rota opuesta. Cuando esto sucede, los iones de hidrógeno y oxígeno que escaparon de la Tierra buscan las líneas de campo magnético reconectadas y aceleran de regreso a nuestro planeta.

En este proceso, la mayoría de los iones chocan con la Luna, que no tiene magnetosfera para repelerlos. «Es como si la Luna estuviera en la ducha, en una lluvia de iones de agua que regresan a la Tierra y caen sobre la superficie del satélite», explicó Kletetschka.

Los iones recombinados formarían el permafrost lunar. Algunos atravesarían diferentes procesos geológicos, como los impactos de asteroides, que los llevan por debajo de la superficie, donde pueden convertirse en agua líquida.

El equipo utilizó los datos gravitacionales de la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter de la NASA para estudiar las regiones polares junto con varios cráteres lunares importantes. Las anomalías en las mediciones subterráneas de los cráteres de impacto indican ubicaciones de roca fracturada propicias para contener agua líquida o hielo. Las mediciones de gravedad en esos lugares del subsuelo sugieren la presencia de hielo o agua líquida.

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