Mimas, un satélite de Saturno, está cubierto por un hielo de 20 millas de espesor. Sin embargo, los astrónomos ahora creen que hay un océano enterrado en las profundidades de su gruesa superficie congelada. La investigación ha sido publicada en Icarus.
Mimas es la más cercana de las lunas grandes de Saturno con un diámetro de 396 kilómetros. Además de parecerse a la “Estrella de la Muerte” de Star Wars es el cuerpo astronómico más pequeño conocido que todavía tiene forma redonda debido a la autogravitación.
Según los expertos, esta luna no tiene indicios de agua líquida. A pesar de ello, las simulaciones del Instituto de Investigación del Suroeste en Colorado sugieren que tiene un océano, en las profundidades de su capa de hielo.
El nuevo estudio
Las mediciones tomadas por la nave espacial Cassini de la NASA en 2014 ya habían insinuado que podría haber agua debajo de la superficie. Ahora, el nuevo estudio exploró las predicciones de tamaño y formación de la pequeña luna, para determinar que su calor interno sería suficiente para permitir el flujo de agua.
Mimas tiene una superficie que no muestra ninguna de las fracturas o evidencias de fusión que los astrónomos y científicos planetarios esperarían ver en un mundo con un océano oculto. “Cuando miramos un cuerpo como Mimas, es una roca pequeña, fría y muerta”, dice Alyssa Rhoden, autora principal de este nuevo estudio.
Aparte de no mostrar signos de tener un océano, ninguno de los modelos teóricos de formación de la luna sugiere que debería tener un océano. No obstante, las observaciones de 2014, tomadas por Cassini, muestran que la luna se tambalea mientras gira. Esto sugiere que algo extraño sucede bajo el hielo.
En ese momento, los astrónomos sugirieron que había agua debajo de la capa de hielo. Desde entonces, han estado tratando de ver si ese es el caso y cómo es posible. Rhoden y sus investigadores se propusieron demostrar que Mimas no puede tener un océano, porque parecía muy poco probable.
Océano interno
El problema fue que encontraron evidencia de un océano, y los hallazgos respaldaron las observaciones anteriores de Cassini. Realizaron simulaciones de cómo la gravedad de Saturno estira y calienta el interior, y qué haría eso en una capa exterior helada.
El calentamiento fue suficiente para sostener un océano global de agua líquida, hasta 19 kilómetros debajo de una gruesa capa de hielo. Esto es lo suficientemente profundo como para no romper la superficie.
Las mediciones de Cassini de las propiedades físicas de Mimas se explican a través de un núcleo no hidrostático o de un océano líquido global de hasta 32 kilómetros debajo del hielo. El calentamiento de mareas, causada por la atracción de Saturno, influyó en el desarrollo del océano interior, así como en su excentricidad y libración.
Un océano dentro de Mimas sería sorprendente, dada la falta de actividad geológica comparable con otras lunas con océanos como Europa y Encelado. Por lo tanto, “tiene implicaciones importantes para la prevalencia e identificación de los mundos oceánicos”, escribieron los investigadores en un artículo.