Es bien sabido que la basura espacial puede ser un problema grave en un futuro no muy lejano. En órbita terrestre baja, a 2 000 kilómetros de altitud, más de 3 000 satélites inactivos y decenas de millones de pedazos más pequeños de escombros pululan en la atmósfera. Y cada uno se mueve a decenas de miles de kilómetros por hora. A veces, dos grandes piezas de esta basura espacial chocan entre sí, fragmentándose en aún más basura, tan pequeña y peligrosa que podría dañar críticamente los satélites y las naves espaciales.
Debido a esto la Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado ClearSpace-1, una misión que lanzará un robot experimental de cuatro brazos para coger un satélite inactivo con sus garras, abrazarlo y finalmente arrastrarlo en una inmersión kamikaze a la atmósfera de la Tierra, destruyendo ambos dispositivos. El impacto de eliminar un satélite muerto de la órbita es un poco como sacar un balde de agua de un lago, pero los funcionarios de la misión dijeron en un comunicado que esperan que el proyecto allane el camino para el nuevo régimen de limpieza de desechos espaciales que nuestra atmósfera necesita desesperadamente.
«El problema de los desechos espaciales es más urgente que nunca», dijo Luc Piguet, fundador y CEO de ClearSpace, la startup suiza de eliminación de basura que se asocia con la ESA en la misión. «Hoy, tenemos casi 2 000 satélites activos en el espacio y más de 3 000 que no están haciendo nada. Y en los próximos años, el número de satélites aumentará en un orden de magnitud, con múltiples mega-constelaciones compuestas de cientos o incluso miles de satélites en órbita terrestre baja «.
La necesidad de un «camión de remolque» cósmico para eliminar satélites muertos y dejar espacio para otros nuevos es urgente, dijo Piguet.
Programada para lanzarse en el 2025, la misión ClearSpace-1 pondrá a prueba sus músculos robóticos que abrazarán un pedazo de basura de tamaño mediano llamado Vespa, que el lanzador Vega de la ESA depositó a unos 800 km sobre la Tierra en el 2013. Ese pedazo cónico de escombros pesa aproximadamente 100 kilogramos lo que lo convierte en un objetivo relativamente ligero y fácil de capturar en la misión de debut del robot. Después de esa captura, Vespa y el recolector robótico de basura harán un descenso controlado pero ardiente a la atmósfera de la Tierra.
Queda por ver si la misión demuestra ser una forma rentable de limpiar la basura orbital de la Tierra. Mientras tanto, varias otras naciones y agencias han propuesto otros métodos de eliminación de basura, incluido el despliegue de pequeñas redes y el uso de láseres montados en satélites para lanzar fragmentos de desechos espaciales a la atmósfera.
Fuente: Phys.org