Betelgeuse, la estrella roja en la constelación de Orión, ha mostrado un comportamiento inusual. Su brillo se ha vuelto extremadamente intenso, alcanzando el 142% de su luminosidad habitual, e incluso llegando a un máximo del 156% en abril. Ahora, un estudio compartido en ArXiv ha revelado un curioso patrón relacionado con este fenómeno.
El incremento del brillo de Betelgeuse ha impulsado su posición en el ranking de estrellas más brillantes del cielo, pasando del décimo al séptimo lugar. Esto ha generado rumores y especulaciones entre los observadores de estrellas sobre la posibilidad de presenciar una supernova en un futuro cercano. Sin embargo, es probable que debamos esperar hasta 100,000 años para presenciar dicho evento.
Entonces, ¿qué está causando estos cambios en el comportamiento de Betelgeuse? Los científicos sugieren que posiblemente sea una secuela del Gran Oscurecimiento. Se espera que la estrella recupere su comportamiento típico en más o menos una década.
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Ubicada a unos 700 años luz de distancia, Betelgeuse es una de las estrellas más fascinantes en el firmamento. Es una gigante roja, lo que marca el final de su vida. En un inicio era una colosal estrella de tipo O, con un color blanco azulado, que consumía su hidrógeno a una velocidad asombrosa debido a su gran masa. Con una edad de entre 8 y 8,5 millones de años, es bastante joven en comparación con nuestro Sol de 4 600 millones de años.
A medida que Betelgeuse agota su hidrógeno, ha experimentado cambios significativos. Ahora se encuentra en una etapa de fusión de helio en carbono y oxígeno. Como resultado, tiene unas 764 veces el tamaño del Sol y una masa entre 16,5 y 19 veces mayor. Cuando agote su combustible, se convertirá en una supernova, expulsará su material externo y su núcleo colapsará para formar una estrella de neutrones.
El Gran Oscurecimiento fue un evento en el que el brillo de Betelgeuse disminuyó aproximadamente un 25%. Esto fue causado por la formación de una enorme nube de polvo en la superficie de la estrella debido a su enfriamiento.
Luego, esta nube fue expulsada, oscureciendo parcialmente a Betelgeuse y haciéndola parecer menos brillante. Si bien este comportamiento es común en las gigantes rojas, rara vez lo observamos tan de cerca.
El estudio
Antes del Gran Oscurecimiento, Betelgeuse exhibía fluctuaciones regulares en su brillo. El más largo de estos ciclos tenía alrededor de 5,9 años, mientras que otro tenía 400 días. Sin embargo, el Gran Oscurecimiento parece haberlos interrumpido.
El reciente estudio realizado por el astrofísico Morgan MacLeod, sugiere que el ciclo de 400 días probablemente se redujo a la mitad. Sus simulaciones indican que un penacho convectivo dentro de Betelgeuse habría ascendido, dando lugar a la expulsión de material de la estrella. Esta erupción pudo haber interrumpido la fase del ciclo de 400 días, resultando en el nuevo ciclo de 200 días que muestra la estrella.
El brillo constante de Betelgeuse también podría estar vinculado a las consecuencias del Gran Oscurecimiento. «Imagínate si retiras un fragmento de material. Luego, todo lo demás entrará y se moverá. Creo que lo que ocurre es que las capas superiores tienen dificultades para regresar a la normalidad», explica la astrofísica Andrea Dupree.
A pesar de las rarezas actuales, los científicos esperan que Betelgeuse finalmente vuelva a su ritmo habitual. Continuará su viaje cósmico, viviendo sus años crepusculares en relativa tranquilidad, intrigando e inspirando a astrónomos y observadores de estrellas por igual.