El avance tecnológico “disruptivo” casi siempre tiene consecuencias negativas. Los satélites que dan internet desde órbita baja no son la excepción. Ahora, un análisis predice que, si las compañías de satélites cumplen con sus planes, el cielo nocturno será horrible. El estudio será publicado en The Astronomical Journal.
Empresas como SpaceX, Amazon y OneWeb han prometido enviar cientos de satélites de órbita baja para dar internet. Según la astrónoma Samantha Lawler, esto será devastador para la investigación astronómica y cambiará por completo el cielo nocturno en todo el mundo.
Lawler y su equipo de la Universidad de Regina (Canadá) construyeron un modelo informático de código abierto para predecir el brillo de los satélites. De esta forma averiguaron qué tan gravemente se verá afectado el cielo nocturno debido a la luz solar reflejada por las megaconstelaciones de satélites planificadas.
El algoritmo predice “el brillo de los satélites visto desde diferentes lugares de la Tierra, en diferentes momentos de la noche, en diferentes temporadas”, dijo Lawler a The Conversation. “También creamos una aplicación web simple basada en esta simulación”, agregó.
Contaminación lumínica
El modelo utiliza 65.000 satélites en las órbitas presentadas por cuatro empresas de megaconstelaciones: Starlink, Amazon Kuiper, OneWeb y StarNet/GW. Calibraron la simulación para que coincida con las medidas del telescopio de los satélites Starlink, ya que son, por mucho, los más numerosos.
Starlink ha logrado algunos avances en la atenuación de sus satélites desde su primer lanzamiento, pero la mayoría aún son visibles a simple vista. Las simulaciones muestran que, en todas partes del mundo, en cada estación, habrá de decenas a cientos de satélites visibles durante al menos una hora antes del amanecer y después del atardecer.
Actualmente, la contaminación lumínica urbana no afecta tan seriamente los cielos oscuros del campo. Sin embargo, las simulaciones muestran que no se podrá escapar de la nueva contaminación lumínica satelital en ningún lugar de la Tierra. Ni siquiera en el Polo Norte.
Los lugares más gravemente afectados en la Tierra serán 50 grados al norte y al sur, cerca de grandes ciudades como Londres, Vancouver o Berlín. En el solsticio de verano, desde estas latitudes, habrá cerca de 200 satélites que se podrán ver a simple vista durante toda la noche.
Toda esa luminosidad afectará la astronomía. “Las observaciones por telescopios están a punto de volverse mucho, mucho más difíciles debido al desarrollo no regulado del espacio”, comenta Lawler. Los astrónomos están creando algunas estrategias de mitigación, pero requerirán tiempo y esfuerzo que deberían pagar las empresas de megaconstelaciones.
Más contaminación
Aún con todo, la luz no será la única forma de contaminación. Cada despliegue de satélites arroja cuerpos de cohetes y otros escombros en una órbita terrestre baja ya abarrotada, aumentando los riesgos de colisión.
Además, parte de esta basura espacial eventualmente regresará a la Tierra. Aquellas partes del mundo con las densidades de satélites aéreas más altas también serán las más propensas a sufrir un impacto literal.
Starlink planea reemplazar cada uno de los 42,000 satélites después de cinco años de operación. Esto requerirá desorbitar un promedio de 25 satélites por día, y en total alrededor de seis toneladas de material. La masa de estos satélites no desaparecerá, se depositará en la atmósfera superior.
Debido a que los satélites contienen principalmente aleaciones de aluminio, pueden formar partículas de alúmina a medida que se vaporizan en la atmósfera superior. Todo este material podría destruir el ozono y provocar cambios en la temperatura global.
Esto aún no se ha estudiado en profundidad porque la órbita terrestre baja no está sujeta actualmente a ninguna reglamentación ambiental. Por eso, Lawles indica la necesidad de dedicar esfuerzos a cuidar el espacio cercano, que también es parte de nuestro hogar.