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La contaminación del aire parece causar tormentas eléctricas más fuertes 

Representación de una tormenta eléctrica sobre una ciudad muy contaminada. / Robotitus/Grok

Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad James Madison (JMU) en Virginia ha revelado que la contaminación del aire tiene una relación directa con el aumento de los rayos en las tormentas eléctricas. 

Los científicos analizaron datos de más de 500,000 tormentas en Washington D.C. y Kansas City durante 12 años y encontraron que una mayor cantidad de partículas finas en el aire, conocidas como aerosoles, se vincula con un mayor número de descargas eléctricas.

La investigación, publicada en Atmospheric Research, ha arrojado luz sobre la compleja relación entre los aerosoles y los rayos. Este es un fenómeno que ya había sido objeto de estudio en el pasado, pero que sigue sin estar completamente comprendido debido a la gran cantidad de factores atmosféricos involucrados.  

El proceso 

El geógrafo Mace Bentley, de la JMU, explicó que «la contaminación actúa como núcleos de nube». Las partículas contaminantes son absorbidas por las corrientes ascendentes de aire en las nubes, donde se separan mediante las corrientes ascendentes y descendentes. Este proceso divide las cargas eléctricas en las nubes y genera una mayor producción de rayos.

El equipo centró su análisis en dos tipos de partículas: PM2.5 (de hasta 2.5 micrómetros) y PM10 (de hasta 10 micrómetros). Descubrieron que la concentración de estas partículas en el aire tiene una mayor influencia en la cantidad de rayos que su tamaño. 

Sin embargo, también observaron que, cuando las concentraciones de partículas en el aire son extremadamente altas, la cantidad de rayos disminuye. Esto podría deberse a una pérdida de energía dentro de la tormenta.

Si bien el estudio subraya que múltiples factores, como las corrientes de aire y la cobertura terrestre, también influyen en la actividad eléctrica, los resultados muestran que la relación entre contaminación y rayos se mantiene constante en las dos ciudades analizadas. 

«Parece que, independientemente de la ubicación, la contaminación urbana es capaz de intensificar las tormentas eléctricas y aumentar la cantidad de rayos», agregó Bentley. 

Peculiaridades 

Otro hallazgo curioso del estudio es que los días jueves fueron los más propensos a tormentas eléctricas en ambas ciudades, mientras que los lunes fueron los días más tranquilos en Washington D.C., y los viernes en Kansas City. 

Asimismo, los investigadores notaron que cuando la atmósfera tenía mayor energía, influenciada por factores como la temperatura y la humedad, el impacto de la contaminación en la cantidad de rayos era mayor.

Este estudio proporciona una comprensión más profunda de cómo las fluctuaciones en la contaminación del aire pueden seguir remodelando los patrones meteorológicos. El equipo de investigación planea continuar este trabajo, expandiendo su análisis a otras partes del mundo e incorporando más variables. 

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