Los océanos están entrando en zona de peligro, y eso es una mala señal para todo el planeta.
Un nuevo estudio dice que la acidez del mar ya cruzó un límite crítico.
Científicos de Estados Unidos y Reino Unido analizaron este problema usando mediciones reales y modelos por computadora.
Se enfocaron en la “saturación de aragonito”, un tipo de carbonato que usan muchos animales marinos para construir caparazones y esqueletos.
Cuando baja demasiado, es una alarma. El umbral planetario está en una caída del 20% en promedio.
Según el estudio, el 60% de las aguas profundas ya pasaron ese límite. Y el 40% de las aguas superficiales también.
Peor aún: los investigadores creen que el verdadero límite debería ser del 10%. Y ese ya lo cruzamos hace más de 20 años.

La investigación fue publicada en Global Change Biology, y muestra que la acidez marina está creciendo más rápido de lo que pensábamos.
Helen Findlay, del Plymouth Marine Laboratory, explicó que las zonas polares muestran los cambios más fuertes en la superficie.
Pero en aguas profundas, las zonas más afectadas están justo fuera de los polos y en costas como la del Pacífico norteamericano.
Esta acidificación no se nota a simple vista, pero afecta muchísimo.
Daña arrecifes de coral, mata especies que forman conchas y altera todo el equilibrio marino.
El problema viene del dióxido de carbono. El océano lo absorbe, reacciona con el agua y vuelve el mar más ácido.
Así que, mientras más gases de efecto invernadero en la atmósfera, más ácido se vuelve el océano.
Y no todo pasa en la superficie. La mayoría de la vida marina vive a varios metros de profundidad.
Findlay advierte que los cambios en esas aguas más hondas podrían causar impactos peores de lo que pensábamos.
Ecosistemas enteros podrían colapsar, incluidos los arrecifes tropicales y los de aguas profundas que sirven como guarderías para muchas especies.
En total, los científicos han definido nueve límites planetarios. Ya cruzamos seis. Con la acidificación, estaríamos llegando al séptimo.
El equipo que hizo el estudio pide una respuesta rápida. Urge actuar en las zonas más vulnerables.
También hay que proteger las regiones que todavía no están tan afectadas.
Steve Widdicombe, otro experto del Plymouth Marine Laboratory, lo dejó claro: esto no es solo un problema ambiental.
Es una bomba de tiempo para la vida marina y para la economía de las zonas costeras.
Cada día que pasa sin hacer algo, estamos jugando con la biodiversidad… y con miles de millones de dólares en turismo, pesca y empleo.
La acidez del océano no es ciencia ficción. Ya está aquí. Y va a empeorar si no reducimos las emisiones y protegemos nuestros mares.