Un estudio ha revelado que ciertas células en el tronco del encéfalo son capaces de detectar señales inmunitarias del cuerpo y regular la respuesta inflamatoria. Este hallazgo, publicado en Nature, podría revolucionar el tratamiento de enfermedades autoinmunes y otros trastornos relacionados con una respuesta inmune excesiva.
Durante años, los científicos han sabido que el cerebro desempeña un papel crucial en el sistema inmunitario. Sin embargo, los detalles específicos de este proceso habían permanecido ocultos.
El estudio liderado por Hao Jin, neuroinmunólogo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas en Bethesda, demuestra que el tronco del encéfalo no solo es fundamental para funciones básicas como la respiración, sino que también actúa como un regulador maestro de la inflamación en el cuerpo.
El descubrimiento
Los investigadores identificaron neuronas en el tronco del encéfalo que se activan en respuesta a estímulos inmunitarios. Estas células cerebrales, al ser estimuladas farmacológicamente, lograron reducir los niveles de moléculas inflamatorias en la sangre de ratones.
Por el contrario, al silenciar estas neuronas se desencadenó una respuesta inmunitaria descontrolada, aumentando en un 300% la cantidad de moléculas inflamatorias, comparado con los niveles observados en ratones con neuronas del tronco del encéfalo funcionales.
«Este descubrimiento es como un evento de cisne negro —inesperado pero con perfecto sentido una vez revelado», comentó Ruslan Medzhitov, inmunólogo de la Universidad de Yale. Medzhitov destaca que este hallazgo revela una capa completa de biología previamente desconocida.
El estudio también destacó la existencia de dos grupos distintos de neuronas dentro del nervio vago, uno que responde a moléculas inmunitarias proinflamatorias y otro que responde a las antiinflamatorias. Estas neuronas transmiten sus señales al cerebro, permitiendo que este monitoree y ajuste la respuesta inmunitaria en tiempo real.
Mucho trabajo por hacer
Este mecanismo ofrece nuevas posibilidades para tratar condiciones caracterizadas por respuestas inmunitarias excesivas, como las enfermedades autoinmunes y el COVID prolongado, un síndrome debilitante que puede persistir años después de una infección por SARS-CoV-2.
Charles Zuker, coautor del estudio y neurocientífico de la Universidad de Columbia, sugiere que manipular estas neuronas específicas del nervio vago podría ser efectivo en humanos. Esto es similar a cómo las terapias que apuntan al nervio vago ya se utilizan para tratar enfermedades como la esclerosis múltiple y la artritis reumatoide. Sin embargo, advierte que «hay mucho trabajo por hacer para pasar de aquí para allá».
A pesar de los avances, Stephen Liberles, neurocientífico de la Facultad de Medicina de Harvard, señala que probablemente existan otras rutas a través de las cuales el cuerpo transmite señales inmunitarias al cerebro y viceversa. Además, los mecanismos exactos mediante los cuales el cerebro envía señales de vuelta al sistema inmunitario para regular la inflamación aún no están claros.
«Estamos apenas rascando la superficie», dice Liberles. «Necesitamos entender el libro de reglas de cómo el cerebro y el sistema inmunitario interactúan.» Este estudio promete transformar el enfoque en el tratamiento de enfermedades inflamatorias y autoinmunes en el futuro.