Hace 42.000 años, una inversión de polos magnéticos provocó cambios ambientales globales, alteraciones en el comportamiento humano y extinciones masivas en todo el mundo. Esto según conclusiones de un estudio internacional codirigido por la UNSW Sydney y el Museo de Australia del Sur.
«Por primera vez, hemos podido fechar con precisión el momento y los impactos ambientales de la última inversión de polos magnéticos», dice Chris Turney, profesor de UNSW Science y coautor principal del estudio.
El estudio, en el que participaron más de 30 investigadores de tres continentes diferentes, fue publicado en Science.
Unos árboles kauri en Nueva Zelanda
El campo magnético terrestre tiene su origen en un flujo de hierro fundido, el cual se cree que existe en el núcleo de la Tierra. Los cambios en este flujo no solo pueden hacer que el campo magnético se debilite, sino también que los polos cambien de lugar o se inviertan. Se cree que esto último aconteció hace 42.000 años, en el evento de inversión magnética más reciente que conocemos, llamado “Excursión de Laschamps”.
“La excursión de Laschamps fue la última vez en que los polos magnéticos se voltearon”, menciona el profesor Turney. «Intercambiaron lugares durante unos 800 años antes de cambiar de opinión y volver a trasladarse».
Sin embargo, a pesar de tener conocimiento, no estábamos seguros en qué medida eso impactó a la Tierra, si es que lo hizo. Al respecto, unos investigadores decidieron observar los cambios en la atmósfera a través de unos antiguos árboles kauri en Nueva Zelanda. «Utilizando los árboles antiguos, pudimos medir y fechar el pico en los niveles de radiocarbono atmosférico causado por el colapso del campo magnético de la Tierra», agregó.
Sin campo magnético
Comúnmente, los estudios científicos se centran en los cambios ocurridos mientras los polos estaban invertidos. En estos 800 años aproximadamente, el campo se debilitó a casi un 28 por ciento de su fuerza actual.
Ahora, el nuevo análisis encuentra que la parte más dramática fue el periodo previo a la reversión, cuando los polos aún estaban en movimiento. En este punto, el campo magnético de la Tierra se redujo a solo un 0-6 por ciento de la fuerza que tiene actualmente.
«Básicamente, no teníamos ningún campo magnético, nuestro escudo de radiación cósmica había desaparecido por completo», explicó. Así, sin un campo magnético fuerte, “la radiación sin filtrar del espacio desgarró las partículas de aire en la atmósfera de la Tierra, separando electrones y emitiendo luz, un proceso llamado ionización. El aire ionizado ‘frió’ la capa de ozono, provocando una onda expansiva del cambio climático en todo el mundo”.
Humanos en las cuevas
Las luces emitidas por la atmósfera, popularmente conocidas como auroras, generaron espectáculos deslumbrantes en todo este periodo. En la actualidad, las auroras se limitan a aparecer en las zonas polares, pero debido a la ruptura del campo magnético, pudieron extenderse en todo el mundo.
“Los primeros humanos de todo el mundo habrían visto auroras asombrosas, velos y sábanas relucientes en el cielo”, afirma el autor principal Alan Cooper, investigador honorario del Museo de Australia del Sur. “Debe haber parecido el fin de los días”.
Se presume que esto pudo llevar a los antiguos humanos a buscar más refugio. Lo cual explicaría la repentina aparición de arte rupestre en todo el mundo hace aproximadamente 42.000 años.
“Creemos que los fuertes aumentos en los niveles de rayos ultravioleta, particularmente durante las erupciones solares, convertirían repentinamente a las cuevas en refugios muy valiosos”, dice el profesor Cooper. “El motivo común del arte rupestre de huellas de manos de ocre rojo, puede indicar que se estaba utilizando como protector solar una técnica todavía utilizada por algunos grupos en la actualidad”.
«Las imágenes asombrosas creadas en las cuevas durante este tiempo se han conservado, mientras que otras obras de arte en áreas abiertas se han erosionado desde entonces, haciendo parecer que el arte comienza repentinamente hace 42.000 años».
Inversión en la actualidad
Seguramente llevas preguntándote cuáles serían las consecuencias de una inversión magnética en la actualidad. “Si un evento similar sucediera hoy, las consecuencias serían enormes para la sociedad moderna. La radiación cósmica entrante destruiría nuestras redes de energía eléctrica y redes de satélites», explicó el profesor Cooper.
Pero esto no es todo; un evento así aceleraría el cambio climático producido por los seres humanos. “Nuestra atmósfera ya está llena de carbono a niveles nunca antes vistos por la humanidad”, menciona. “Una inversión del polo magnético o un cambio extremo en la actividad del Sol serían aceleradores del cambio climático sin precedentes. Necesitamos con urgencia reducir las emisiones de carbono antes de que vuelva a ocurrir un evento tan aleatorio».