Una reciente investigación publicada en Icarus ha demostrado lo limitados que son los ojos humanos… y lo hermosamente complejo que es Encélado. Las nuevas imágenes de la luna de Saturno muestran que es mucho más que la uniforme esfera de hielo que teníamos en mente.
Un equipo de astrónomos observó a Encelado en infrarrojo y descubrió que gran parte del hielo en la totalidad de la luna es reciente. Esto sugiere que podría haber actividad interna global ocurriendo en la luna.
Las rayas de tigre de Encelado
Sabemos desde hace un tiempo que Encelado no es necesariamente un lugar tranquilo. En 2005, la sonda Cassini descubrió columnas de agua salada saliendo de cuatro enormes abismos paralelos en el polo sur de la luna. Luego Cassini pasó a mapear más de 100 géiseres en las fracturas también llamadas “rayas de tigre”.
Estas fracturas son generadas por las fuerzas de las mareas en la luna mientras realiza su órbita excéntrica alrededor de Saturno. El planeta tira y estira Encelado, dando lugar a calentamiento interno y actividad geotérmica, creando grietas en la superficie del hielo en el polo sur.
Luego los géiseres arrojan agua del interior, mantenida líquida por el calentamiento interno. Esta agua se rocía sobre la superficie y se congela, creando una nueva capa de hielo.
La nueva investigación reanaliza las imágenes infrarrojas de datos generados por el Espectrómetro de Mapeo Visual e Infrarrojo (VIMS) de Cassini. En ellas se puede encontrar una luz consistente con hielo fresco reflejándose en la región alrededor de las rayas de tigre. Cabe recordar que Cassini terminó su misión en septiembre de 2017.
Hielo cristalino
Efectivamente, las imágenes altamente detalladas, compiladas a partir de 23 sobrevuelos cercanos, muestran un rejuvenecimiento persistente. Las regiones de color rojo brillante alrededor de las franjas de tigre indican la firma espectral de hielo cristalino. En estas, las moléculas están ordenadas en un enrejado geométrico ordenado y repetitivo: reflejan la luz infrarroja de manera diferente al hielo amorfo, con moléculas desordenadas.
Casi todo el hielo natural de la Tierra es cristalino, pero casi todo el hielo que detectamos en el espacio es amorfo. Esto se debe a que las temperaturas en el espacio tienden a ser muy bajas y, a temperaturas muy bajas, las moléculas de agua chocan y se congelan en su lugar.
El hielo cristalino, por otro lado, indica que el agua ha estado relativamente caliente, por encima de los 110 Kelvin. Incluso después de congelarse, las moléculas retienen suficiente energía térmica para pasar a una configuración cristalina. Entonces, cuando hay hielo cristalino en el espacio, se pueden hacer ciertas inferencias sobre su historia térmica.
La mayor parte del hielo en la superficie de Encelado es cristalino, pero el nivel de cristalinidad es importante. Si encontramos hielo que es más cristalino que el que lo rodea, podemos suponer que se formó a partir de agua más caliente. Como el hielo y el agua recién arrojados del interior a través de géiseres en las rayas de tigre.
Sorprendentemente, los investigadores encontraron la firma espectral del hielo cristalino distribuido por todo Encelado, incluido el polo norte, que no tiene rayas de tigre. Este inesperado hallazgo sugiere que se ha producido actividad geológica en ambos hemisferios, y que el hemisferio norte ha experimentado un resurgimiento similar al sur.
Ahora los investigadores planean aplicar sus técnicas de análisis a los datos obtenidos en las próximas misiones a Ganímedes y Europa, las lunas de Júpiter. Recordemos que actualmente Europa es uno de los mundos candidatos para encontrar alguna forma de vida.