Hace millones de años vagaron por Europa, África, América del Sur e India, unos carnívoros voraces de brazos muy pequeños. Estos son conocidos como abelisaurios y, recientemente se ha identificado una nueva especie a partir de un cráneo bien conservado.
Probablemente, si eres fan de Jurassic World, has visto en la pantalla a un abelisaurio del género Carnotaurus. A diferencia de este, el nuevo integrante de la familia Abelisauridae, tenía una caja craneana realmente pequeña. De hecho, el recién identificado como Guemesia ochoai, es el abelisaurio con el cerebro más pequeño registrado hasta la fecha.
«Este nuevo dinosaurio es bastante inusual para su tipo», comenta la paleontóloga Anjali Goswami del Museo de Historia Natural en el Reino Unido.
Brazos vestigiales
G. ochoai no tenía huesos en la muñeca ni articulaciones móviles del codo y, por lo tanto no podía doblar sus apéndices superiores. Tampoco podía agarrar algo entre los dedos. Ni siquiera tenían garras. Y tú que pensabas que el T. rex la pasaba mal.
En definitiva, los brazos del famoso T. rex eran más grandes y musculosos, pero los abelisaurios eran capaces de derribar presas mucho más grandes que ellos. A pesar de tener un cerebro y brazos diminutos, las mandíbulas de G. ochoai eran fuertes y provistas de afilados dientes.
Desafortunadamente, con una sola pieza fósil no podemos decir más de G. ochoai, pero un comunicado de prensa del NHM lo compara con C. sastrei (la única especie conocida del género Carnotaurus), solo que con una cabeza más pequeña y sin cuernos. A continuación puedes ver una representación artística del abelisaurio por si lo habías olvidado:
Adaptaciones morfológicas
El estudio publicado en Journal of Vertebrate Paleontology, respalda otros descubrimientos recientes, los cuales sugieren que los abelisáuridos eran más diversos en América del Sur de lo que pensaban los expertos. A medida que el supercontinente Gondwana comenzó a dividirse, los abelisáuridos pudieron adaptarse a diferentes ecosistemas aislados.
«Este nuevo dinosaurio muestra que los dinosaurios que habitaban esta región eran bastante diferentes de los de otras partes de Argentina, lo que respalda la idea de provincias distintas en el Cretácico de América del Sur», señala Goswami.
Todavía no está claro por qué desarrollaron brazos tan pequeños. Los expertos sospechan que se trata de miembros vestigiales. Casi todos los fósiles de abelisaurios encontrados en Argentina, provienen de la Patagonia y comparten muchas similitudes físicas. Pero, G. ochoai es el primero que se encuentra en el noroeste y sus características son bastante diferentes, posiblemente reflejando la vida en un clima más cálido.
Su cráneo, por ejemplo, muestra una serie de pequeños agujeros que habrían permitido al dinosaurio enfriarse bombeando sangre a la superficie de la piel liberando calor. Tal característica no sería tan útil en una zona más al sur.
«Las fuertes diferencias morfológicas exhibidas por Guemesia en contraste con otros abelisaurios, pueden ser una prueba adicional de la distinción biogeográfica del noroeste de Argentina durante el Cretácico tardío».
Este nuevo hallazgo refuerza las intenciones de explorar Argentina como una zona rica en fósiles, pues en materia es aún terreno virgen.
«Esta probablemente no sea la última especie de abelisáurido que vamos a encontrar».