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Hablarle a un bebé tiene un profundo y beneficioso efecto en sus neuronas

lenguaje bebé

Investigadores de la Universidad de East Anglia en el Reino Unido descubrieron que las regiones de procesamiento del lenguaje en el cerebro de niños pequeños presentaban una mayor concentración de mielina. Esta sustancia, compuesta por proteínas y grasas, actúa como una cinta aislante para los axones, permitiendo una transmisión más rápida y eficiente de los mensajes entre neuronas.

Si bien aún no se conoce si esta mayor mielinización afecta las habilidades lingüísticas de los niños de dos años y medio, se sospecha que podría tener beneficios significativos.

«Es importante que los cuidadores hablen con sus bebés, niños pequeños e hijos. No solo están escuchando, sino que su lenguaje está moldeando literalmente sus cerebros», afirma John Spencer, psicólogo cognitivo de la Universidad de East Anglia.

 

Las etapas del cerebro

Durante el estudio, más de 140 niños pequeños y bebés participaron utilizando dispositivos de grabación durante tres días. A partir de las miles de horas de grabaciones de audio recopiladas, los investigadores pudieron escuchar el entorno auditivo al que los niños estaban expuestos diariamente.

Posteriormente, la mitad de los niños fueron seleccionados para someterse a resonancias magnéticas mientras dormían la siesta. Entre los bebés de seis meses, se observó que una mayor «exposición diaria» al lenguaje se asociaba con una menor mielinización. En el caso de los niños dos años mayores se observó el resultado opuesto.

Según Spencer, esto puede parecer contradictorio, pero es comprensible ya que el desarrollo del cerebro de un bebé atraviesa naturalmente diferentes etapas. En ocasiones, el cerebro se encuentra ocupado construyendo nuevas células, mientras que en otras está refinando las células ya formadas.

Durante los primeros años de vida, el enfoque está en el crecimiento cerebral. De hecho, para los dos años de edad, una persona ya ha adquirido aproximadamente el 80% del volumen cerebral de un adulto. Más adelante se inicia el proceso de refinamiento.

«Esto sugiere que hablarles a los bebés es importante tanto a los seis meses como a los 30 meses, pero su impacto en el cerebro es diferente debido a la distinta fase en la que se encuentra«, explica Spencer.

El especialista plantea la hipótesis de que a los seis meses, escuchar hablar puede retrasar la mielinización y, en cambio, favorecer el crecimiento cerebral. Sin embargo, actualmente esto es especulativo.

 

«Baby talk»

Numerosos estudios han demostrado que la exposición al lenguaje es crucial para el procesamiento, vocabulario, gramática y razonamiento verbal de un niño. Incluso pocas horas después del nacimiento, los cerebros de los bebés muestran señales de que ya están aprendiendo los sonidos del lenguaje. Además, el «baby talk» se ha asociado con un mejor desarrollo lingüístico a largo plazo.

Investigaciones anteriores también han encontrado que los niños de cuatro a seis años que tienen más interacciones verbales con adultos presentan una mayor mielinización en las regiones del cerebro relacionadas con el lenguaje.

Los nuevos hallazgos amplían un efecto similar incluso a los niños más pequeños, aunque se necesita más investigación para comprender cómo estos cambios estructurales se traducen en el aprendizaje del lenguaje. La frase «los niños son como esponjas» nunca ha tenido más sentido.

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