Fósiles de hormigas gigantes desafían lo que científicos sabían sobre los insectos

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Fósiles de hormigas gigantes desafían lo que científicos sabían sobre los insectos

(Bruce Archibald)

Existe una gran diversidad de hormigas. Unas son muy pequeñas y otras con solo 4 centímetros pueden ser un verdadero terror, como Dinoponera gigantea que recibe el nombre de «hormiga gigante». Pero, la verdadera hormiga gigante medía lo mismo que un colibrí y vivió hace más de 47 millones de años. Este hallazgo fósil supone un desafío para todo lo que se sabía sobre los insectos.

 

Hormigas gigantes

Titanomyrma era una hormiga carnívora que invadió los bosques prehistóricos de América del Norte en busca de presas. Las reinas de las colonias, aunque alcanzaban el tamaño de colibríes, no eran ni siquiera las más grandes que hayan vivido en la Tierra. Su hábitat sería lo que hoy es Alemania, medían más de 5 centímetros pero sus alas se extendían a 16 centímetros. Se alimentaban de casi todo lo que se encontraban a su paso, incluidos lagartos, mamíferos y aves.

Estas hormigas gigantes europeas habrían cruzado el estrecho de Bering que conectó Rusia con Alaska, para conquistar nuevos territorios y dejarnos una pista sobre su pasado asombroso en forma del fósil recientemente hallado.

Este hecho mantiene confundidos a los científicos porque las hormigas, modernas y antiguas, son organismos ectotérmicos. Es decir, dependen del calor en su entorno. Si las temperaturas bajan, las hormigas tienen problemas. Hasta qué punto puede bajar la temperatura antes de que dejen de prosperar depende en gran medida del tamaño de su cuerpo.

Algunos animales pueden modificar sus propias temperaturas soportando climas más fríos, maximizando su masa y minimizando su piel. Otros necesitan absorber el calor de su entorno, por eso les sirve tener un cuerpo con más superficie y menos volumen. Hoy en día, las hormigas reinas más grandes se encuentran más cerca de los trópicos, por ejemplo.

 

Hipótesis

En 2011, los investigadores sugirieron que el estrecho de Bering alguna vez incluyó una «puerta» de clima controlado. Durante breves períodos de calentamiento global, esa puerta se habría abierto para permitir que organismos de sangre fría, como las hormigas, pasen cómodamente de un continente a otro.

Sin embargo, los hallazgos de Titanomyrma  en British Columbia y en Alemania, complican esa hipótesis. Los científicos no pueden estar seguros de su tamaño debido a su naturaleza aplastada, pero existe la posibilidad de que fuera tan grande como otra encontrada en Wyoming.

«Si se trataba de una especie más pequeña, ¿se adaptó a esta región de clima más frío mediante la reducción de tamaño y se excluyeron especies gigantes como predijimos en 2011?» se pregunta el paleontólogo Bruce Archibald de la Universidad Simon Fraser. «¿O eran enormes, y nuestra idea de la tolerancia climática de las hormigas gigantes y cómo cruzaron el Ártico era incorrecta?»

Dependiendo de la forma en que se comprimiera, el organismo podría haber tenido originalmente 3 o 5 centímetros de largo. Si medía 3 centímetros, la hipótesis de la «puerta de clima controlado» sería efectiva. No obstante, la medida más grande sugiere que estas antiguas hormigas tenían más tolerancia al frío de lo que pensábamos, pudiendo haber cruzado el puente terrestre en cualquier momento.

La única forma de diferenciar entre esos escenarios es encontrar más fósiles.

«¿Nuestras ideas sobre la ecología de Titanomyrma y, por lo tanto, sobre esta antigua dispersión de la vida, necesitan revisión?» pregunta Archibald. «Por ahora, sigue siendo un misterio».

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