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Existe un tipo de alucinación que te hace ver personas diminutas y la ciencia no puede explicarla

Los misterios de la mente abundan, y unos son más extraños que otros. Nuestro cerebro puede, sin duda, producir experiencias que superan la ficción. Algunas personas, por ejemplo, son capaces de «ver» diminutas personas, como personajes creados por Jonathan Swift. Para algunos quizá sea entretenido, para otros es escalofriante, pero para la ciencia es uno de los más grandes misterios sin resolver.

Los habitantes de Liliput en el mundo real

Fue a inicios de 1900 que el psiquiatra francés Raoul Leroy se interesó por el avistamiento de seres «liliputenses«. Desde entonces pocos investigadores han intentado averiguar qué hay detrás de esas alucinaciones.

«Tales alucinaciones existen fuera de cualquier micropsia, mientras que el paciente tiene una concepción normal del tamaño de los objetos que lo rodean, y la micropsia se relaciona únicamente con la alucinación«, escribía Leroy. «A veces ocurren solas, a veces acompañadas de otros trastornos psicosensoriales».

En aquel tiempo, Leroy realizó una anotación interesante: las personitas estaban vestidas con colores vivos, eran muy móviles y en su mayoría afables. Ocasionalmente, los pacientes las veían solas, pero la mayoría informó que aparecían en grupos. Interactuaban con el mundo material como si estuvieran realmente presentes, trepando sillas, apretando puertas debajo y respetando la fuerza de la gravedad.

«En mi comunicación anterior a la Sociedad Médico-Psíquica, dije que estas alucinaciones tenían un carácter bastante agradable. El paciente las miraba con tanta sorpresa como con placer». Sin embargo, algunos pacientes informaban a Leroy que las figuritas eran amenazantes:

«Aquí, como en el caso de MM. Bourneville y Bricon, la aparición provocó un sentimiento de pavor».

Leroy interpretó a estas alucinaciones como posibles síntomas de enfermedades mentales. Pero a pesar del interés inicial de Leroy y otros que le siguieron, las alucinaciones liliputienses no figuran como criterio para ninguna enfermedad en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados. Parecen ser, más bien, una peculiaridad del cerebro casi aleatoria.

Ciencia y folclore

Recientemente, el historiador médico e investigador de trastornos psicóticos de la Universidad de Leiden, Jan Dirk Blom, realizó una búsqueda rigurosa de informes de casos de alucinaciones liliputienses en archivos médicos modernos.

Blom logró presentar solo 26 artículos sobre alucinaciones liliputienses que podrían considerarse relevantes. De ellos, 24 proporcionaron descripciones originales de casos. Dirigiendo su búsqueda a referencias más históricas y menos clínicas, incluidos capítulos de libros y tesis médicas, Blom finalmente reunió un catálogo de 226 casos únicos para comparar y contrastar.

El investigador catalogó 10 grupos distintos, siendo los más destacados el trastorno psiquiátrico, la intoxicación por alcohol o medicamentos y las lesiones del sistema nervioso central. Explica que podría existir algún tipo de participación del sistema visual del cerebro, pero debe ser algo más específico lo que sucede.

Blom sugiere que una pérdida de información sensorial periférica llevaría a que las partes del cerebro generalmente involucradas en el procesamiento de la información se desvían de la tarea. Así, el cerebro reúne pequeños estímulos que puede encontrar para tejer una escena fantástica de multitudes y color.

Existe una serie de figuras diminutas en el folclore de todo el mundo. Por ejemplo, elfos traviesos y diablillos juguetones, o demonios aterradores o viejos enanos sabios. ¿Será que nos fascinan más en forma de historias pintorescas que como peculiaridades de la neurología? Esperamos que las futuras investigaciones nos brinden una explicación y podamos comprender más a nuestro cerebro.

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