Un nuevo estudio sugiere que las experiencias fuera del cuerpo (OBE, por sus siglas en inglés) pueden dejar una impresión significativa y duradera en quienes las experimentan, además de aumentar los sentimientos de empatía hacia los demás. Publicado en Neuroscience & Behavioral Reviews, este estudio destaca que hasta el 15% de los participantes han experimentado al menos una OBE en sus vidas.
El equipo de la Universidad de Virginia, liderado por la neurocientífica Marine Weiler, examinó en profundidad la relación entre las OBE y la empatía, enfocándose en la disolución del ego, un fenómeno donde la sensación de individualidad se desvanece y se siente una conexión profunda con el universo.
«Exploramos la noción de que las OBE pueden fomentar estos cambios a través de la disolución del ego, lo cual promueve un profundo sentido de unidad e interconexión con los demás», escriben los investigadores.
Más empatía
Las OBE tienen un efecto transformador: el 55% de quienes las experimentan reportan sentirse profundamente cambiados, y el 40% consideran que fue la mejor experiencia de sus vidas. Después de una OBE, las personas suelen ser más conscientes de las necesidades de los demás y muestran mayor paciencia, incrementando así su empatía.
Los investigadores sugieren que la sensación de estar separado del cuerpo y del mundo físico, característica de las OBE, conduce a la disolución del ego. Esto, a su vez, fortalece las relaciones interpersonales. «El sentido del yo ya no se centra en el ‘yo’ y se percibe más como un proceso que como una entidad separada», explican.
Las OBE son similares a los efectos de las drogas psicodélicas, ya que ambas pueden hacernos sentir más conectados con quienes nos rodean. En cuanto a los mecanismos detrás de este fenómeno, el estudio señala a la unión temporoparietal (TPJ) como una región del cerebro posiblemente involucrada.
El TPJ maneja nuestro sentido de ubicación en el espacio físico y gestiona las entradas de los sentidos, y su mal funcionamiento ha sido previamente relacionado con las OBE.
El equipo sugiere que toda la red por defecto del cerebro, de la cual forma parte el TPJ, podría estar involucrada. Esta red maneja la autorreflexión y las narrativas internas sobre nosotros mismos, y puede verse alterada durante y después de una OBE.
Más estudios
El trabajo se basa en la correlación de investigaciones previas y no involucró experimentos propios. Futuros estudios podrían utilizar la realidad virtual o individuos que puedan inducir OBE a voluntad para explorarlas experimentalmente.
«La exploración, refinamiento y aplicación de métodos para aumentar la empatía en individuos – ya sea a través de la disolución del ego relacionada con las OBE u otros enfoques – es una vía emocionante con potenciales implicaciones profundas para individuos y la sociedad en general», concluyen los investigadores.