Un estudio ha confirmado que el verano boreal del año pasado fue el más caluroso en 2,000 años, desde los tiempos del Imperio Romano. Esta investigación, publicada en Nature, sugiere que se ha superado temporalmente el límite de calentamiento de 1.5 °C establecido por el Acuerdo de París de 2015, al menos en el norte.
El científico ambiental de la Universidad de Cambridge, Ulf Büntgen, coautor del estudio, señaló que «cuando se observa la larga trayectoria de la historia, se puede ver cuán dramático es el reciente calentamiento global». Según Büntgen, «2023 fue un año excepcionalmente caluroso, y esta tendencia continuará a menos que reduzcamos drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero«.
Büntgen y sus colegas, los climatólogos Jan Esper y Max Torbenson de la Universidad Johannes Gutenberg en Alemania, recopilaron registros tempranos de temperatura con medidas indirectas de grandes conjuntos de datos de anillos de árboles de todo el hemisferio norte. Estos «proxies» de temperatura son necesarios debido a la escasez y la falta de sistematicidad en las mediciones tempranas.
«Solo cuando observamos reconstrucciones climáticas podemos tener una mejor idea de la variabilidad natural y poner el reciente cambio climático antropogénico en contexto», explicó Büntgen.
Los resultados sugieren que la línea base preindustrial, a partir de la cual medimos los cambios en las temperaturas globales, era ligeramente más fría de lo que se pensaba. Esto significa que el verano del hemisferio norte de 2023 fue 2.07 °C más cálido que las temperaturas promedio del período preindustrial entre 1850 y 1900.
Otras mediciones
Aunque estos resultados están limitados al hemisferio norte, otra investigación reciente llegó a una conclusión similar utilizando esqueletos de esponjas marinas para determinar la temperatura base preindustrial. Sin embargo, este estudio ha sido criticado por basarse en un solo registro de un lugar específico, el Caribe.
Además, un análisis reciente publicado en febrero por el servicio climático de la Unión Europea indicó que el calentamiento global superó los 1.5 °C durante todo el año pasado. No obstante, los científicos subrayan que aún podemos revertir esta situación si actuamos rápidamente.
«Es cierto que el clima siempre está cambiando, pero el calentamiento en 2023, causado por los gases de efecto invernadero, se ve amplificado por las condiciones de El Niño, lo que resulta en olas de calor más largas y severas y períodos prolongados de sequía», explicó Esper.
Mientras tanto, las empresas de combustibles fósiles y otras industrias poderosas continúan emitiendo CO2 a la atmósfera, exacerbando el problema. Los científicos y el propio planeta siguen advirtiendo sobre las consecuencias.
Esta investigación es otra que subraya la urgencia de tomar medidas inmediatas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mitigar los efectos devastadores del cambio climático. Lamentablemente, el calentamiento ya está cobrando vidas y causando desastres naturales alrededor del mundo.