Un equipo de investigadores, liderado por un científico amateur, afirma haber descubierto un «sistema de protoescritura» en pinturas rupestres de 20.000 años de antigüedad. De ser así, se convertiría en la forma de escritura más antigua que se haya encontrado. El estudio ha sido publicado en el Cambridge Archaeological Journal.
Los cazadores de la era del Paleolítico Superior habrían usado símbolos pintados en las paredes para transmitir información esencial de supervivencia. Según los autores, estos muestran un registro de las temporadas de apareamiento de los animales, organizadas por los meses lunares.
Es un hallazgo significativo porque hace retroceder la forma más antigua de escritura del Homo sapiens en unos 14.000 años. Aunque no estamos viendo letras y oraciones, estas marcas representan «una unidad completa de significado», escriben su artículo.
El análisis
El equipo del investigador independiente Bennet Bacon analizó más de 800 secuencias de puntos, líneas en forma de Y encontradas en pinturas rupestres en toda Europa de la última Edad de Hielo. Estas anotaciones a menudo se colocaban junto a los animales, algo crucial en el proceso de decodificación.
«El significado de las marcas dentro de estos dibujos siempre me ha intrigado”, dice Bacon. “Así que me puse a tratar de decodificarlos, utilizando un enfoque similar al que otros adoptaron para comprender una forma temprana del texto griego», agregó.
La extensa base de datos de muestras de pintura se comparó con los ciclos de nacimiento de animales equivalentes en la actualidad como referencia. Esto reveló los significados previamente ocultos de las marcas: mostraban cuándo cada animal se estaba apareando.
De ahí, los investigadores plantearon la hipótesis de que el símbolo Y que aparecía regularmente en estas pinturas significaba «dar a luz». Esto ofrecía a la gente de la época información crucial sobre animales como mamuts, caballos salvajes, ciervos o ganado.
El descubrimiento sugiere que los cazadores de la Edad del Hielo no solo vivían día a día, sino que también registraban eventos pasados para ayudarlos en el futuro. Eventualmente, con el nacimiento de otros calendarios, este tipo de patrones se fue perdiendo.
Pero …
No todos están convencidos. El trabajo descrito por los investigadores implica cierto grado de interpretación y conjeturas, y podría no tratarse de un calendario de temporada de apareamiento. Quizá estamos ante alguna forma de escritura.
Es más, los autores sugieren que es mejor pensar en estas marcas como un paso intermedio entre una notación más simple y un sistema de escritura completo. Como mínimo, la idea es digna de mayor investigación y estudio.
La escritura, tal como la conocemos hoy, surgió de la región de Sumer en Mesopotamia alrededor del año 3300 a. C. Inicialmente tomó la forma de formas pictográficas básicas como letras. El presente estudio nos muestra que la historia de los garabatos en piedra puede remontarse mucho más atrás.