El primer exoplaneta fue detectado en 1992. Desde entonces, con instrumentos más modernos, los astrónomos han encontrado otros miles más. De hecho, por razones evidentes, todos han sido encontrados en nuestra propia galaxia, en donde se estima que existen cerca de 40.000 millones de otros planetas.
En ese sentido, es fácil imaginar la cantidad de planetas que pueden existir en otras galaxias, particularmente aquellas que son como la nuestra. Sin embargo, el obstáculo más grande es la distancia. Si detectar estrellas individuales en otras galaxias es un trabajo complicado, detectar planetas es casi imposible.
Afortunadamente, ahora, un equipo de investigadores acaba de encontrar evidencia de lo que podría ser un planeta de otra galaxia. De confirmarse, sería la primera detección de un exoplaneta fuera de la Vía Láctea.
El estudio, que aún no ha sido revisado por pares, se encuentra disponible en la web de preimpresiones arXiv.org.
Un planeta de otra galaxia
El candidato a planeta se encuentra en la galaxia Whirlpool M51 a unos 23 millones de años luz de la Tierra, cerca de la constelación de la Osa Mayor.
Según los investigadores, este mundo bautizado como M51-ULS-1b tendría un tamaño aproximadamente como el de Saturno. Además, estaría orbitando un sistema binario a una distancia de quizá diez veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
Este sistema binario consistiría en una estrella de neutrones o un agujero negro que devora otra estrella masiva a un ritmo enorme. Este proceso estaría haciendo que el sistema libere cantidades gigantescas de rayos X, siendo la fuente más brillante de toda esa galaxia.
A modo de comparación, su luminosidad de rayos X es aproximadamente un millón de veces más que la emisión total del Sol en todas las longitudes de onda.
¿Cómo fue detectado?
En la mayoría de casos, identificar un planeta a 23 millones de años luz distancia sería casi imposible. Sin embargo, el escenario planteado por el sistema binario fue muy aprovechable.
La fuente de estos rayos X no solo es intensa, sino que también es muy pequeña. Eso significa que un planeta del tamaño de Saturno, que orbita a miles de millones de kilómetros de distancia, podría eclipsar por completo la fuente de rayos X si se cruzara por delante.
Esto es exactamente lo que parece haber sucedido: un posible tránsito planetario que tuvo una duración de casi tres horas.
Los investigadores se preguntaron si la caída en el brillo podría haber sido producido por algo más. Hasta ahora se ha descartado que la variación se deba a una enana blanca u otro tipo de estrella. Es más, según Astronomy, la Dra. Di Stefano del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica señala que la variación posiblemente esté siendo causada por una interrupción del material que cae en el agujero negro.
Esto no representa una confirmación de que efectivamente es un planeta, es una invitación a realizar más estudios de este sistema y a buscar más planetas en otras galaxias ajenas a la nuestra.