Icono del sitio Robotitus

Este avance podría revolucionar la refrigeración

Un avance en refrigeración termogalvánica podría hacer que la refrigeración sea más barata y ecológica al optimizar las reacciones electroquímicas, aumentar la eficiencia y ampliar su uso práctico. (Prototipo de refrigerador termogalvánico). Crédito: Yilin Zeng

Científicos han desarrollado una nueva tecnología de refrigeración que podría ser más eficiente y ecológica que los métodos actuales. Este avance usa reacciones electroquímicas para enfriar y consume mucha menos energía.

El estudio, publicado en la revista Joule, explora la refrigeración termogalvánica. Esta técnica podría aplicarse desde pequeños dispositivos hasta sistemas industriales sin el alto consumo de electricidad de los refrigeradores tradicionales.

Jiangjiang Duan, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Huazhong, explicó: «La refrigeración termogalvánica está llegando. Tanto la investigación como la industria deberían prestarle atención».

¿Cómo funciona esta tecnología?

Las celdas termogalvánicas normalmente convierten el calor en electricidad. Sin embargo, al invertir el proceso con una corriente eléctrica, los científicos lograron generar un efecto de enfriamiento.

Antes se pensaba que esta técnica tenía poco potencial, pero el equipo de Duan optimizó la composición química del sistema y logró mejorar su rendimiento de manera sorprendente.

«Los estudios anteriores solo exploraban la teoría. Nosotros diseñamos una estrategia práctica que permite un enfriamiento récord y aplicable a la vida real», explicó Duan.

El papel del hierro en este avance

La clave de este sistema es una reacción química que involucra iones de hierro. En una fase, estos iones pierden un electrón y absorben calor. Luego, en la otra, lo liberan.

El calor absorbido enfría la solución del sistema, y el calor generado en la reacción opuesta se elimina con un disipador. Este ciclo es lo que permite la refrigeración.

Para mejorar el rendimiento, los investigadores modificaron los componentes de la solución. Usaron una sal de hierro hidratada con perclorato, que ayudó a mejorar la disolución de los iones.

También cambiaron el solvente del sistema, sustituyendo el agua por nitrilos. Con este ajuste, la capacidad de enfriamiento aumentó un 70 %, un avance enorme en este campo.

Un gran salto en eficiencia

El sistema mejorado logró reducir la temperatura del electrolito en 1,42 K, mucho más que los 0,1 K reportados en estudios previos sobre refrigeración termogalvánica.

Este resultado demuestra que la tecnología no solo es viable, sino que tiene el potencial de convertirse en una alternativa real a los métodos de refrigeración actuales.

Próximos pasos y aplicaciones futuras

El equipo planea seguir mejorando el diseño del sistema para hacerlo más estable y escalable. También investigan nuevas aplicaciones comerciales de esta tecnología.

«Aunque nuestro electrolito ya es viable, aún hay que trabajar en diseño y estabilidad para que esta tecnología pueda aplicarse a gran escala», afirmó Duan.

Los científicos buscan materiales más avanzados para seguir mejorando el sistema. Además, están desarrollando prototipos de refrigeradores para probar esta tecnología en diferentes escenarios.

También han comenzado a colaborar con empresas para llevar esta innovación al mercado y convertirla en una opción real para el futuro de la refrigeración.

Este avance podría revolucionar la forma en que enfriamos alimentos, dispositivos electrónicos e incluso infraestructuras industriales. Si sigue desarrollándose, podría marcar el comienzo de una nueva era en la refrigeración.

Salir de la versión móvil